MIS ARTÍCULOS PUBLICADOS

Todos mis trabajos para las colecciones de Superman (y relacionadas) de Planeta DeAgostini y ECC Ediciones, que cada mes actualizaré con los nuevos artículos que aparezcan publicados. Puedes usar el buscador del blog para localizar las entradas por el título del cómic en el que se publicó.También encontrarás aquí mis artículos realizados para otras publicaciones impresas como Dolmen, Cinemacomics, Bats... Y, por supuesto, para estar al día de todo sobre Superman, no te olvides de visitar mi página principal: www.supermanjaviolivares.net.

25 de diciembre de 2009

SUPERMAN VOL. 2 NÚM. 31

Publicado en Superman Vol. 2 núm. 31 (Diciembre 2009)

ANTERIORMENTE EN SUPERMAN

Durante la recepción oficial del presidente de los Estados Unidos a los kandorianos recién llegados, Doomsday apareció de la nada. Un grupo de kryptonianos se llevó a la bestia a la Luna donde, pudiendo luchar sin temor a causar daños a algún humano, no tardaron en acabar con el monstruo a golpes. Mientras, en la Fortaleza de la Soledad, vimos cómo un hombre y una mujer asumían las identidades de Nightwing y Flamebird, dos héroes kryptonianos legendarios. Y además, Jim Harper, más conocido como el Guardián, decidió que ya era hora de abandonar su exilio y regresar a Metropolis…

HAY UNA CHICA NUEVA EN LA CIUDAD

El nuevo personaje que levanta el vuelo desde Kandor al final de la primera parte de este número, va a ser protagonista de una de las tramas más interesantes del arco argumental de Nuevo Krypton. Esta misteriosa mujer de identidad desconocida, viste también un colorido uniforme en el que luce el escudo familiar de la Casa de El, el linaje de Superman. Pero ¿por qué oculta su rostro? ¿Quién hay detrás la máscara de Superwoman como para que su identidad deba permanecer en el anonimato? ¿Será una nueva heroína dispuesta a ayudar en un momento tan delicado como el que atraviesa Metropolis o, por el contrario, se trata de alguien con oscuras intenciones?
Desvelar ahora estas incógnitas sería arruinar la lectura de la excelente historia escrita por Sterling Gates y dibujada por Jamal Igle que se va a desarrollar durante los próximos meses. Y es que los auténticos propósitos de Superwoman, así como la sorpresa de su identidad, tendrán un enorme impacto sobre Supergirl y algunos de los personajes más allegados del entorno del Hombre de Acero.
Pese a que esta recién llegada Superwoman ha sido reinventada específicamente para la saga de Nuevo Krypton, esta no es la primera vez que los lectores de las aventuras de Superman conocen a un personaje con este nombre. Allá por 1943, el número 60 de Action Comics presentó una aventura de Jerry Siegel y John Sikela titulada Lois Lane, Superwoman (incluida en Los archivos de Superman núm. 4), en la que la intrépida periodista adquiría los poderes del Hombre del Mañana e incluso vestía un uniforme muy similar al de Superman. Eso sí, toda la historia tenía lugar en el recurrente mundo de los sueños, después de que Lois se diera un tremendo golpe en la cabeza e imaginara su odisea superheroica.
Aunque quizá la Superwoman más conocida no sea precisamente una defensora de la justicia. En 1964, aparecía en el Justice League of America #29 un nuevo grupo formado por seres superpoderosos que actuaban como criminales: el Sindicato del Crimen. Aprovechando las infinitas posibilidades que ofrecía el multiverso DC y sus innumerables tierras paralelas, el guionista Gardner Fox ubicó a este equipo de supervillanos en Tierra-3, y añadió a sus filas contrapartidas de los superhéroes más importantes de la principal Tierra del multiverso, Tierra-1. Así, en este grupo encontrábamos una versión malvada de Wonder Woman que recibió el nombre de Superwoman. Años más tarde, el genial Grant Morrison la recuperaría durante su etapa en la JLA, dándole su origen en una tierra ubicada en el universo de antimateria.
Ahora, una nueva Superwoman enmascarada surca los cielos. ¿Amiga o enemiga? La respuesta la encontraréis en estas páginas.

Javier Olivares Tolosa

5 de diciembre de 2009

SUPERMAN: CORAZONES PERDIDOS

Publicado en el tomo Superman: corazones perdidos (Diciembre 2009), también traducido por mí.

DONDE HUBO FUEGO...

La historia que presentó al personaje de Lana Lang, en el Superboy #10 de septiembre-octubre de 1950, se llamó The girl in Superboy’s life. Y aquel título, visto hoy en día después de casi 60 años de aventuras, fue todo un acierto por parte del guionista Bill Finger. Porque desde aquel momento, de un modo u otro, aquella chica de cabello rojo y ondulado nunca ha dejado de estar presente en la vida de Superboy. Ni en la de Superman. Pero, sobre todo, ha estado presente en la de Clark Kent.
Durante muchos años, antes de que la Crisis en las tierras infinitas sirviera como punto de inflexión en la historia del universo DC, la principal preocupación de Superman fue que la avispada Lois Lane no descubriera que él era Superman. Y mientras que Lois estaba locamente enamorada del Hombre de Acero, el periodista cosechaba una buena colección de calabazas en su intento de hacer que Lois se fijara en él. Aquel triángulo amoroso fue uno de los principales ejes temáticos de la mayoría de los argumentos precrisis. Al tiempo que el Hombre de Acero luchaba contra Lex Luthor y una amplia galería de villanos, monstruos y alienígenas, debía arreglárselas para que Lois no sumara dos y dos respecto a su identidad secreta. Y siempre lo conseguía. De mil ingeniosas maneras, desde contar con la ayuda de los robots Superman de la Fortaleza, dar explicaciones inverosímiles que siempre colaban, o incluso intercambiar papeles con Bruce Wayne, Superman fue capaz de mantener la perspicacia de Lois a raya durante casi cincuenta años. La tenaz reportera se quedaba eternamente a un paso de corroborar sus sospechas, pero nunca pudo probar que el tímido Clark Kent era, en realidad, su amado y poderoso Superman.
Pero Lois Lane no fue la única empeñada en revelar el secreto de Clark Kent. En 1945, la revista More Fun Comics presentó en su número 101 al personaje de Superboy, un Clark Kent adolescente que vivía sus increíbles aventuras en Smallville, siendo éstas una versión juvenil de las del Superman adulto. Si el entorno laboral de Superman era el Daily Planet, el de Superboy era el Instituto de Smallville; si Superman pertenecía a la Liga de la Justicia, Superboy era miembro de un grupo de héroes adolescentes aún más pintoresco y venido del futuro, la Legión de Superhéroes; Superman tenía un amigo y compañero llamado Jimmy Olsen, con facilidad para meterse en líos, y Superboy algo parecido con su amigo Pete Ross; pero por encima de todo, Superman tenía a su partenaire Lois Lane, obsesionada con demostrar al mundo que él era Clark Kent; y Superboy tenía también una joven enamorada que sospechaba de su identidad: Lana Lang, su amiga, vecina y compañera de colegio desde la infancia.
El personaje de Lana se fue afianzando como uno de los más importantes en la mitología del Hombre de Acero. Muy lejos de quedarse estancada en las aventuras juveniles de Superboy, Lana, como adulta, también ocupó su merecido lugar en el universo de Superman construido en Metropolis. En la última etapa de la precrisis, a finales de la década de los setenta y principios de los ochenta, Lana llegó incluso a ser presentadora del noticiario de la cadena televisiva WGBS como compañera de Clark Kent. Pero llegó 1985 y, tras la publicación de la Crisis en las tierras infinitas, el universo DC fue reescrito casi desde cero. El adiós a aquel Superman clásico y su maravilloso mundo llegó de la mano de Alan Moore y Curt Swan con ¿Qué le pasó al Hombre del Mañana?, una aventura imaginaria, considerada por muchos como la mejor historia de Superman jamás escrita, que ponía fin a la etapa clásica del personaje y que puedes encontrar incluida en el absolute Superman: las historias de Alan Moore. Entre otros muchos amigos del Hombre de Acero, Lana Lang también halló su fin en aquella dramática aventura.
El final de la crisis supuso el comienzo de un nuevo universo DC más simplificado. John Byrne recontó el origen de Superman en su miniserie The Man of Steel (publicada dentro del Coleccionable Las aventuras de Superman), introduciendo importantes cambios en el personaje. Quizá uno de los más controvertidos fue la eliminación de la etapa de Clark como Superboy, de modo que Superman aparecía ya como adulto en Metropolis. No obstante, en 2005, después de la Crisis Infinita, volvió a integrarse en la continuidad que Clark sí hubiera sido Superboy, aunque todavía tendremos que esperar a la próxima miniserie Secret Origins, de Geoff Johns y Gary Frank, para ver este nuevo cambio -y otros muchos- integrado en el nuevo origen del Hombre de Acero.
Evidentemente, la pelirroja más famosa de Smallville también iba a tener cabida en este nuevo origen de Superman, aunque John Byrne la convirtió en un personaje con más carga emocional. No solo fue el primer amor de Clark en el instituto, sino que fue la primera persona a la que Clark confesó sus poderes cuando tomó la decisión de marcharse a la gran ciudad. Pero Lana jamás olvidaría a Clark, e incluso cuando aceptó casarse con Pete Ross, el corazón de Lana continuó albergando un sentimiento muy profundo hacia él. Y es que, si algo hace tan especial y atractiva la relación de ambos personajes, es precisamente esa química y esa tensión romántica entre ellos. En Corazones perdidos, dicha tensión va a quedar más que de manifiesto, y descubriremos realmente cuánto cariño se profesan Clark y Lana. Porque, con permiso de Lois Lane, Lana Lang siempre ocupará un lugar muy especial en el corazón de Clark Kent. Y en el corazón de Lana, quizá nadie ocupe nunca un lugar tan especial como el que ocupa Clark.

Javier Olivares Tolosa

CONTRAPORTADA

Corazones Perdidos es más que una historia de Superman. Es una historia sobre el valor de la amistad, el amor y la esperanza, y una de las sagas imprescindibles para entender la relación entre Clark Kent y Lana Lang.
No es sencillo vivir en un barrio dominado por la miseria, el hambre, el crimen y las drogas. Clark Kent se adentrará en este desolador entorno en busca de alguien muy especial para él: Lana Lang. Para encontrar y rescatar a su mejor amiga y quien fuera su primer amor, Clark se enfrentará a un enemigo al que ni siquiera todos sus poderes pueden hacer frente, en un lugar en el que lo único que sobra es la pena y el dolor. Un dolor que, además, sirve de alimento a unas extrañas criaturas sobrenaturales…

26 de noviembre de 2009

SUPERMAN VOL. 2 NÚM. 30

Publicado en Superman Vol. 2 núm. 30 (Finales Noviembre 2009)

ANTERIORMENTE EN SUPERMAN

Después de que Kandor recuperara su tamaño en el Ártico, el mundo todavía trata de encajar el impacto de dar cobijo a toda una comunidad de seres tan poderosos como Superman. El propio Hombre de Acero se ha asignado la tarea de actuar como portavoz de su pueblo, colocándose en una delicada situación. Además, descubrimos que el General Lane sigue vivo, y ha reclutado nada menos que a Lex Luthor para ayudarlo en la resistencia contra los kryptonianos. Y por si fuera poco, durante la recepción oficial del Presidente de los Estados Unidos a los líderes de Kandor, apareció de la nada el terrible Juicio Final para atacarlos...

EL DÚO DINÁMICO DE KANDOR

Puede que el lector neófito no esté familiarizado con los dos personajes que hacen su aparición en la última página de este número, Nightwing y Flamebird, pero el origen de este dúo se remonta a 1963; concretamente a una aventura publicada en el Superman #158 escrita por Edmond Hamilton y dibujada por Curt Swan.
En aquel cómic, Superman y Jimmy Olsen se miniaturizaban para entrar en la ciudad embotellada de Kandor y poder investigar así la procedencia de unos criminales superpoderosos que habían aparecido en Metropolis y que Superman sospechaba que podían ser kandorianos. En el entorno de Kandor, Superman, sin sus fantásticos poderes, veía como su pueblo le perseguía como responsable de que Brainiac hubiera reducido la ciudad. Así que Jimmy y él se veían obligados a huir, y para continuar con sus pesquisas decidían crearse unas identidades secretas como enmascarados. De este modo, Superman, inspirado en el dúo dinámico de Gotham, se creó para sí el rol de Nightwing, un justiciero de oscura vestimenta y atuendo que se asemejaba a un ave nocturna kryptoniana que simbolizaba la muerte. Y para su joven amigo ideó un personaje mucho más colorido, tomando el nombre y aspecto de otra ave autóctona a la que se relacionaba con la vida: Flamebird. Así nacía el que sería conocido como el dúo dinámico de Kandor, la contrapartida de Batman y Robin dentro de la mitología de Superman. Por supuesto Nightwing y Flamebird, igual que hacían el Caballero Oscuro y el Chico Maravilla, contaron con la ayuda de curiosos artefactos de alta tecnología, como un cinturón de vuelo inventado por el científico Nor Kann, una guarida que llamaron Nightcave, además de un vehículo que recibió el nombre de Nightmobile.
Pero la aventura de este número aún daba otro sorprendente giro: Kandor recuperaba su tamaño normal en un desierto de la Tierra, aunque Superman se veía obligado a volver a miniaturizarla para evitar que sus ciudadanos murieran como efecto secundario. No obstante, la última viñeta mostraba un precioso –y hoy en día enormemente significativo- final: Superman prometiendo a sus compatriotas embotellados que no descansaría hasta que, algún día, volvieran a su tamaño natural definitivamente. Por si fuera poco, la aparición de Nightwing y Flamebird en Kandor convirtió al dúo de vigilantes en una leyenda que perduraría para siempre en la cultura kryptoniana.
Y ahora, inmersos en la trepidante saga de Nuevo Krypton, los mayores héroes de la historia de Kandor vuelven a aparecer. Eso sí, su papel, protagonismo e identidades actuales continuarán siendo un misterio durante unos meses. Sin embargo, de algo podéis estar seguros: el conjunto será toda una sorpresa.

Javier Olivares Tolosa

6 de noviembre de 2009

SUPERMAN VOL. 2 NÚM. 29

Publicado en Superman Vol. 2 núm. 29 (Noviembre 2009)

ANTERIORMENTE EN SUPERMAN

Antes de que Krypton explotara, el alienígena Brainiac, un ser temido en todo el universo, miniaturizó y abdujo la principal ciudad del planeta: Kandor. Años después, Superman ha tenido que enfrentarse a él para evitar que Metropolis corriera el mismo destino y que Brainiac destruyera la Tierra. El Hombre de Acero logró derrotarlo y hacer que Kandor recuperara su tamaño natural en el Polo Norte, quedando liberados 100.000 kryptonianos en nuestro planeta. Pero todo tiene un precio, y en este caso fue que Superman no pudo llegar a tiempo para salvar la vida de Jonathan Kent, que murió de un infarto. Ahora el mundo se prepara para recibir el impacto de sus nuevos habitantes superpoderosos.

QUE EMPIECE EL JUEGO

Tras los acontecimientos que tuvieron lugar en la saga de Brainiac y que Kandor recuperase su tamaño normal aquí en la Tierra, quedó establecido un nuevo tablero de juego en lo que al entorno del Hombre de Acero se refiere. Ahora, en el presente número, Nuevo Krypton ha movido ficha y, de esta manera, contemplamos lo que constituye el pistoletazo de salida de una de las historias más complejas y enmarañadas en las que Superman se ha visto inmerso.
Durante los próximos meses muchos personajes pasarán por estas páginas, y cada uno aportará algo indispensable al conjunto de la trama. Viejos héroes que habían quedado en un segundo plano adquirirán protagonismo de nuevo, especialmente Jim Harper, el Guardián. Este vigilante, creado por Jack Kirby y Joe Simon en 1942, aparecía por primera vez en Star-Spangled Comics #7. En Nuevo Krypton, el guionista James Robinson dará una vuelta de tuerca más a su historia y situará a Harper en uno de los puestos decisivos de esta nueva aventura.
Otro de los personajes que se recuperan es el general Sam Lane, quien en este número ya hace su aparición para sacar a Lex Luthor de la cárcel y reclutarlo para su lucha contra los recién llegados. Hasta ahora, al padre de Lois se le presumía muerto desde su etapa como Secretario de Defensa en la administración Luthor -como se vio en el recopilatorio Superman: Presidente Lex-, durante la cual se desarrolló el evento Our worlds ar war en el que la Tierra entró en guerra con el conquistador galáctico Imperiex y Sam Lane perdió la vida. Al menos aparentemente, puesto que aquí regresa para orquestar un complot en la sombra y liderar la resistencia contra los kryptonianos.
Y por supuesto, los padres de Supergirl, Zor-El y Alura, serán también dos pilares imprescindibles de este arco argumental que comienza. Pronto descubriremos que hasta la propia Casa de El puede quedar dividida por cuestiones ideológicas y, mientras que unos fomentarán la unidad, la integración y la convivencia entre kryptonianos y humanos, otros verán a los débiles habitantes de la Tierra como unos anfitriones hostiles y prescindibles. Conforme continúen moviéndose las piezas de esta decisiva partida, veremos como Kara va quedando atrapada en medio de los dos bandos, teniendo que elegir entre la lealtad a su recién recuperada familia –aunque esto implique llevar a cabo controvertidos actos- o la coherencia para con los valores que ha aprendido de Kal.
Pero, como decíamos al principio, serán muchos los que participen en esta historia y aún quedan numerosos personajes por recuperar y otros tantos por ser revelados. Una misteriosa Superwoman hará su aparición en Metropolis. Cierto general kryptoniano de renombre demostrará que, para los kandorianos, todavía es un héroe militar. La tragedia azotará la Casa de El. Y, desde luego, ni la Tierra ni Nuevo Krypton volverán a ser los mismos.

Javier Olivares Tolosa

13 de octubre de 2009

SUPERGIRL NÚM. 7: ASÍ ES LA VIDA

Publicado en el tomo recopilatorio Supergirl: así es la vida (Octubre 2009), que también traduje yo.

ASÍ ES LA VIDA... PERO NO TIENE POR QUÉ GUSTARTE

El volumen anterior terminó con Supergirl prometiéndole a un niño llamado Thomas que no iba a dejar que se muriese. El problema es que Thomas no se encontraba atrapado en un incendio, un terremoto, o en medio de una lucha entre villanos, sino que se moría de cáncer. Así que la promesa de Supergirl adquiría una enorme dificultad para hacerse realidad. En esta nueva entrega de las aventuras de Supergirl, la Chica de Acero va a tener que hacer frente a su obsesión por salvar a Thomas y afrontar que, por mucho que duela, quizá haya cosas que ni siquiera ella es capaz de evitar. Pero eso no le va a impedir intentarlo con todas sus fuerzas, incluso emprendiendo cuestionables acciones y formando peligrosas alianzas.
Los dos primeros números incluidos en este séptimo recopilatorio de Supergirl inician la saga Así es la vida, y se corresponden con los números 28 y 29 de la colección americana. Uno de los individuos clave en esta historia será Mitch Shelley, más conocido como Resurrection Man. Por si su nombre no lo dice ya todo, este curioso personaje que apareció en su propia serie de la mano de Andy Lanning, Dan Abnett y Jackson Guice, como resultado de un experimento con tecnología nanobótica, adquirió el poder de regresar de la muerte. Además, en cada una de sus resurrecciones despierta con un único poder, siempre diferente y aleatorio, que ha oscilado desde tener la capacidad de volar o habilidades piroquinéticas o metamórficas, a disponer de otras habilidades aún más pintorescas como transformarse en una sombra viviente. Incluso llegó, en una ocasión, a resucitar convertido en una mujer. No es de extrañar que Supergirl vaya a plantearse contar con la ayuda de este personaje, puesto que en cualquier momento podría resucitar con poderes curativos tan fuertes como para eliminar el cáncer de Thomas. Pero ¿cuántas veces debería morir Resurrection Man para acabar adquiriendo esa habilidad concreta? ¿Será capaz Supergirl de matar a su ayudante miles de veces hasta que despierte, por azar, con ese mágico poder sanador? Pronto veremos que, aunque sus intenciones sean buenas, Supergirl todavía peca de impetuosa a la hora de tomar decisiones. Y si no, recordemos el desastre del Air Force One que ella y Wonder Girl provocaron involuntariamente durante El ataque de las amazonas y que casi le costó la vida al Presidente y convirtió a la Chica de Acero en objeto del odio y la desconfianza de la nación. Ahora, en su intento de salvar la vida de Thomas, va a cometer un acto que hará que alguien muy cercano a ella, alguien que también viste de azul y rojo, se enfade… y mucho.
El número 30 de Supergirl sirve como intermedio y nos presenta un relato autoconclusivo cuyo título ya deja bien claro cuál es su tema: la aceptación. No olvidemos el enorme peso que debe suponer para Supergirl conservar los recuerdos de su vida en Krypton, incluido el instante final en el que tuvo que despedirse de todo lo que amaba y dejarlo atrás sabiendo que jamás volvería a verlo. En estas páginas, la joven Kara encontrará en una familiar voz del pasado un pequeño remanso de paz y una razón para sacar fuerzas de la flaqueza.
La trama de Así es la vida concluye en los números 31 y 32, en los que la historia de la curación de Thomas adquiere un tono más metafísico, planteando una complicadísima pregunta: ¿pueden los superhéroes, aún en aras de lo que creen justo, jugar a ser Dios? Descubriremos a una Supergirl obsesionada hasta tal punto por el cumplimiento de su promesa que, incluso, desafiará la ética y al tiempo mismo para poder cumplirla.
El número que cierra este volumen, el Supergirl 33, vuelve a narrar un relato que empieza y termina en sus 22 páginas y que cuenta con Emperatriz, miembro de Young Justice, como invitada de excepción. La historia servirá para recordarnos la mítica batalla a muerte entre Superman y Juicio Final. Y nos mostrará, de paso, una consecuencia de aquel enfrentamiento que pudo pasarnos casi desapercibida a pesar de su importancia: los daños colaterales. Porque, aunque la víctima más célebre de Juicio Final fue Superman, cientos de bajas se contaron a lo largo de su avance destructivo, algo que también se explorará en profundidad en El día del juicio, una de las miniseries incluidas en el recopilatorio Superman-Juicio Final.
En cuanto al futuro, tras los acontecimientos de Así es la vida, el guionista Sterling Gates y el dibujante Jamal Igle asumirán el mando de la colección. Desde el número 35, las páginas de Supergirl formarán parte del arco argumental Nuevo Krypton, en el que la Chica de Acero será una de las más afectadas por la súbita integración de la ciudad de Kandor en nuestro mundo. Y es que, justo cuando se diría que Kara está comenzando a descubrir su sitio en la Tierra y a aceptarse como única representante viva de su civilización extinta, aparecerán de repente en escena 100.000 kryptonianos. Y entre ellos, caras muy conocidas y queridas para Supergirl. Sin duda, un evento que alterará caóticamente el equilibrio emocional que la Chica de Acero ha conseguido conquistar con esfuerzo. Pero como reza el título de este volumen… así es la vida.

Javier Olivares Tolosa

CONTRAPORTADA

Continúan las aventuras de la Chica de Acero en este séptimo volumen, que sirve como punto y aparte antes de los acontecimientos de Nuevo Krypton.
En estas páginas, Supergirl se enfrenta a un adversario mucho más peligroso que cualquiera de los que ha combatido hasta el momento: la obsesión. Veremos a la joven e impulsiva Kara tratar de salvar la vida de un niño gravemente enfermo, y en su esfuerzo no dudará en oponerse incluso a Superman. Curiosos personajes harán su aparición en una historia en la que Supergirl tratará de encontrar definitivamente su lugar en el mundo, antes de que los acontecimientos futuros lo desbaraten todo por completo.

12 de octubre de 2009

SUPERMAN VOL. 2 NÚM. 28

Publicado en Superman Vol. 2 núm. 28 (Octubre 2009)

ANTERIORMENTE EN SUPERMAN

Prisionero en la nave de Brainiac, el Hombre de Acero descubrió que Kandor permanecía en una de las botellas de Brainiac, e incluso que sus tíos, Zor-El y Alura, vivían en su interior. El coluano inmovilizó finalmente a Superman, y aprovechó para obtener las coordenadas de la Tierra. La nave en forma de calavera apareció sobre los cielos de Metropolis y, aunque Supergirl y todos los ciudadanos trataron de resistir, Brainiac acabó miniaturizando y encerrando en una botella de cristal la mismísima ciudad de Metropolis, al tiempo que lanzaba un artefacto explosivo hacia el Sol que haría desaparecer toda la Tierra en menos de una hora…

Y ESTO SOLO ES EL PRINCIPIO...

Con el final de Brainiac, queda de manifiesto que el equipo creativo formado por Geoff Johns y Gary Frank ha logrado devolver al Hombre de Acero a lo más alto. Resulta pues doblemente atractivo pensar que la historia de Brainiac no ha sido sino la antesala a varios acontecimientos mucho mayores.
Al final de este número la ciudad de Kandor, y por ende sus 100.000 habitantes, han recuperado su tamaño normal en nuestro mundo. Toda una macrourbe kryptoniana con poderes idénticos a los de Superman, que deberá afrontar la complicada tarea de coexistir con los seres humanos. No plantea una perspectiva alentadora porque, aunque Superman decidió servir a la humanidad… ¿quién garantiza que todos sus compatriotas vayan a compartir el amor de Kal-El por su mundo adoptivo? El conflicto está servido. Y es precisamente ese conflicto el que sirve como premisa de la serie que arrancará el mes que viene: Nuevo Krypton. En ella conoceremos la sociedad kryptoniana y su estructura, así como las dificultades de su adaptación a nuestro planeta. Algunos de los kryptonianos más respetados y poderosos se posicionarán como auténticos fascistas. Otros, en cambio, intentarán ejercer una función más conciliadora. Y en medio de semejante embrollo, nuevos personajes harán su aparición, como los legendarios héroes Nightwing y Flamebird o la misteriosa Superwoman, una enmascarada que dará mucho que hablar. Y por supuesto, Superman estará en el punto de mira tanto de unos como de otros, sean estos kryptonianos o terrícolas.
La historia central de Nuevo Krypton se publicó en los EEUU durante 10 números repartidos entre las cabeceras de Action Comics, Superman y Supergirl, además de un número introductorio, New Krypton special. Pero a día de hoy, su desarrollo todavía continúa. Tras la conclusión de la saga, el Hombre de Acero tomará una difícil decisión que propiciará la creación de una nueva colección titulada Superman: World of New Krypton, en la que el Hombre de Acero entrará a formar parte del orden social kryptoniano para desenmascarar a los auténticos villanos y ayudar a su pueblo desde dentro. La nueva vida de Kal-El en Kandor dejará Metropolis sin su mayor protector, y a Action Comics y Superman sin su protagonista. Ambos vacíos quedarán cubiertos por nuevos héroes que cuidarán de la ciudad durante la ausencia del Hombre del Mañana. Action Comics pasará a estar protagonizada por Nightwing y Flamebird (cuyas identidades serán una gran sorpresa que no pensamos desvelar) y Superman acogerá como titular a Mon-El, que adoptará el nombre humano de… Jonathan Kent.
Así que continuad muy atentos a estas páginas. Esto solo acaba de empezar.

Javier Olivares Tolosa

16 de septiembre de 2009

SUPERMAN VOL. 2 NÚM. 27

Publicado en Superman Vol. 2 núm. 27 (Septiembre 2009)

ANTERIORMENTE EN SUPERMAN

Superman acudió al lugar al que iba a caer algo que parecía un meteorito. Al interceptarlo, se dio cuenta que en realidad era un robot de Brainiac, un poderoso ser alienígena responsable en el pasado de la abducción de Kandor, la capital de Krypton. Tras vencer al robot y después que Supergirl le explicara de lo que Brainiac es capaz, el Hombre de Acero decidió adentrarse en el espacio para buscarlo y detenerlo. No tardó en encontrar un planeta siendo atacado por sus robots y, aunque luchó con todas sus fuerzas, no pudo evitar que Brainiac miniaturizara su principal ciudad e hiciera estallar el planeta. La explosión dejó a Superman flotando inconsciente en el vacío, a merced del alienígena…

LAS CIUDADES EMBOTELLADAS DE KANDOR

Si esta historia tiene una protagonista, con permiso de Brainiac, sin lugar a dudas es la ciudad de Kandor. Su origen actual puede resultar un tanto confuso para los lectores que, en los últimos años, han visto varias versiones de esta polis embotellada. ¿Cuál es la verdadera? ¿Aquella en la que Supergirl y Power Girl adoptaron las identidades de Nightwing y Flamebird? ¿Quizá la que Superman guarda a buen recaudo en su Fortaleza de la Soledad y que pudimos ver en el tomo El tercer kryptoniano? Por si fuera poco, ahora estamos conociendo una nueva versión que parece combinar un poco de todas las anteriores y añade elementos inéditos, al tiempo que recupera otros más clásicos. Es pues un buen momento para aclarar un poco la actual situación de Kandor en el Universo DC.
Kandor era la capital del planeta Krypton, además de una de sus ciudades más grandes y pobladas. Su hegemonía se desvaneció cuando Braniac la abdujo para integrarla en su colección de ciudades miniaturizadas de las que absorbía conocimiento y poder.
Poco después, Krypton llegó al momento final de su existencia. El planeta explotó y solo un superviviente – bien conocido por todos – salió de él en una nave dirección a la Tierra, evadiendo la catástrofe. Irónicamente, la abducción de Kandor la había preservado de perecer junto al resto de Krypton. Al reducirla y embotellarla, Brainiac salvó la ciudad y a sus habitantes, que continuaban con sus vidas y envejecían a un ritmo mucho más lento de lo normal para los kryptonianos, debido a las condiciones especiales de la botella de contención. Pero Kandor no fue la única urbe kryptoniana que sobrevivió al apocalipsis. La ciudad de Argo logró salvarse de la destrucción gracias a una cúpula diseñada por los científicos Zor-El y Alura. Después, durante años, Argo flotó a la deriva por el espacio, protegida por su cúpula. Finalmente, Brainiac la localizó y, ante la inminente llegada del alienígena, Zor-El y Alura colocaron a su hija Kara en una nave y la enviaron a la Tierra para que su primo Kal-El cuidara de ella. Brainiac se apoderó de Argo y la integró en Kandor, con lo que Zor-El, Alura y casi todos los demás habitantes se salvaron, aunque quedaron presos del coluano.
Pero, si esta es la auténtica Kandor, ¿qué pasa con el resto de versiones anteriores? Algunas se explican como ciudades inspiradas en la original, considerada en todo el universo como un ejemplo. La que Superman conservaba en su refugio del Ártico, por ejemplo, resultó ser solo un portal a una Kandor de otra dimensión. Pero lo cierto es que, tras Crisis infinita, todavía quedan algunas lagunas en la continuidad y el destino final de algunos elementos continúa constituyendo un misterio.

Javier Olivares Tolosa

12 de septiembre de 2009

SUPERMAN: LA BATALLA FINAL

Publicado en el tomo Superman: la batalla final (Septiembre 2009), que también traduje yo.

LA DELGADA LÍNEA DE LA IDENTIDAD SECRETA

Antes de comenzar oficialmente la que fue llamada su batalla interminable, Superman no llevaba su característico traje azul y rojo. Ni siquiera empleaba ese nombre. Solo existía Clark Kent, un joven criado por una agradable pareja de mediana edad en una granja en Smallville, Kansas. Pero el matrimonio Kent pronto empezó a darse cuenta de que aquel niño que había caído de las estrellas no era como todos los demás. En su adolescencia comenzó a desarrollar poderes y habilidades que superaban en mucho a las de cualquier persona corriente. Clark podía correr más rápido, saltar más alto, levantar más peso, resistir mucho más físicamente. Sus sentidos parecían ser más agudos: escuchaba con claridad sonidos inaudibles para cualquiera, oteaba el horizonte sin necesidad de prismáticos y sus ojos podían despedir rayos de calor a voluntad o ver a través de las paredes. Y volaba… volaba como un pájaro sin alas. Era evidente que Clark Kent tenía mucho más aguardándole que las tareas de la granja.
La revisión del personaje que el guionista y dibujante John Byrne realizó en 1986 sentó las bases sobre las que se alza Superman hoy en día, aunque su origen actual incorpora también elementos nuevos o adoptados de otras historias como Superman: Legado. Próximamente, todos los cambios y retoques que se han realizado sobre los cimientos byrneanos del Hombre de Acero, se encajarán en una miniserie que escribirá Geoff Johns y dibujará el favorito del público Gary Frank. Esta miniserie, que llevará por título Superman: secret origins, está llamada a ser considerada como la versión definitiva del Superman de este nuevo milenio, y aclarará conceptos que, hoy en día, tras los cambios que introdujo la Crisis infinita, no están demasiado definidos. Por ejemplo, ¿cómo era la auténtica sociedad kryptoniana? ¿Y Jor-El y Lara, los padres de Kal-El? ¿Clark fue Superboy antes de convertirse en adulto y ser Superman? ¿Cómo llegó a Metropolis y se convirtió en periodista del Daily Planet? Todas estas respuestas conformarán un origen coherente y revisado para Superman y, lo que es más importante, integrado perfectamente en la continuidad actual del Universo DC.
Pero mientras esperamos ansiosos el nuevo origen secreto del Hombre del Mañana, solo tenemos que echar la vista atrás para descubrir un concepto que, a lo largo de la cambiante historia de Superman, ha estado ahí desde el principio. Algo que ha sobrevivido, más o menos inmutable, a todas las revisiones y adaptaciones del personaje, y que se ha respetado ya no solo en el cómic, sino incluso en el cine, la televisión y demás medios de comunicación: la doble identidad.
Desde que Superman surgió de la cabeza de Jerry Siegel y tomó forma sobre el papel a través de los lápices de Joe Shuster, el personaje siempre fue una oferta de dos por uno. Los personajes de las revistas juveniles de los años treinta, que influenciaron a los dos jóvenes de Cleveland a la hora de diseñar a su creación –junto con el protagonista de la novela Gladiator, de Philip Wylie, que sería la inspiración más directa de Superman- carecían de una identidad secreta: Flash Gordon, Buck Rogers, Dick Tracy, Tarzán… Solo El Zorro, anterior a éstos, vivía en el anonimato como el noble rico Diego de la Vega (aunque salta a la vista que el justiciero creado por Johnston McCulley serviría de referente mucho más claro para otro héroe enmascarado que surgiría un año más tarde en Detective Comics #27). Siegel y Shuster decidieron dar un paso más y dotar a su vigilante de los más sorprendentes poderes físicos y de una identidad corriente, casi anodina, bajo la que camuflarse. Así nacía Superman, campeón de los indefensos y los oprimidos, y al mismo tiempo su alter ego, el apocado periodista Clark Kent.
Boys of Steel: The Creators of Superman, libro publicado en 2008 escrito por Marc Tyler Nobleman e ilustrado por Ross MacDonald, explica de manera amena datos muy curiosos sobre cómo los “padres” de Superman diseñaron a su criatura. Entre otras cosas, cuenta que los dos amigos decidieron ponerle a Superman un escudo con una S, la inicial de “súper”… y también de sus apellidos. Además, le dibujaron un par de gafas como las que ellos mismos llevaban, y le hicieron tímido, reservado y con poco éxito entre las mujeres. Tengamos en cuenta que Siegel y Shuster rondaban los veinte años cuando idearon a su Superman, de modo que personificaron en él todo lo que cualquier adolescente desearía ser: fuerte, valiente, poderoso, incluso con ese punto de arrogancia. Clark, en cambio, era un reflejo más veraz de ellos mismos.
Durante años, la personalidad de Clark Kent evolucionó a la par que las historias. De periodista apocado a reportero estrella del Daily Star y después, del Daily Planet; más tarde, reportero televisivo para la WGBS e incluso, durante un breve período, editor jefe de la revista Newsweek. Clark acabó dejando a un lado su aparente timidez para convertirse en un triunfador por su propia cuenta. Si creó su identidad de Superman, fue para poder ayudar a los demás sin perder su derecho a la intimidad, y proteger así a las personas que ama de los enemigos que se labrase en su lucha por la verdad y la justicia. Y es que el mayor temor del Hombre de Acero durante estos años no ha sido luchar contra villanos más poderosos que él, ni hacer frente a cualquier crisis universal. Ni siquiera morir. Su mayor miedo siempre ha sido que alguno de sus adversarios descubriera quién estaba detrás de ese par de gafas. Un descubrimiento que convertiría en objetivos a todos los amigos, familiares y conocidos de Clark Kent, y destruiría por completo el remanso de paz que supone su doble identidad.
Y ese temor está a punto de materializarse a vuelta de página.

Javier Olivares Tolosa

CONTRAPORTADA

Durante años, Superman se ha esforzado por mantener a salvo el secreto de su doble identidad con un único fin: proteger a las personas que ama. Así que, cuando los conocidos, amigos y familiares de Clark Kent empiezan a ser atacados por villanos que obedecen las órdenes de un misterioso cerebro en las sombras, la aterradora realidad se hace evidente. Alguien lo sabe. Alguien ha descubierto que Superman es Clark Kent. Un descubrimiento que no solo derrumbará todo el pequeño universo personal del Hombre de Acero, sino que convertirá a todo el círculo íntimo de Clark Kent en objetivos y obligará a Superman a librar La batalla final.

30 de agosto de 2009

SUPERGIRL NÚM. 6: FANTASMAS DE KRYPTON

Publicado en el tomo Supergirl: Fantasmas de Krypton (Agosto 2009), también traducido por mí.

PASADO, FUTURO, PROMESAS

En este sexto volumen, Supergirl va a hacer algo más que enfrentarse a villanos superpoderosos con delirios de grandeza. En las próximas páginas se va a hablar de pasado y futuro, dos contextos igualmente duros para la joven Kara. Por un lado, tenemos sus claros recuerdos de su vida en Krypton: de sus padres, sus amigos y su mundo. Por otro, Kara va a echarle un vistazo a una Tierra varios siglos en el futuro, y lo que se va a encontrar es, cuanto menos, inquietante. Y, entre una cosa y otra, se topará con Reactrón.
Pero comencemos por el principio.
Una de las características distintivas de Superman es que es el único superviviente de todo un planeta trágica y repentinamente desaparecido. Aunque dicho así solo sea una frase más, si nos paramos a pensar en la magnitud de la pérdida sufrida por el Hombre de Acero, las consecuencias son indescriptibles. No hablamos de un visitante de otro planeta que es acogido en el nuestro. Se trata de un huérfano en la máxima expresión que podemos aplicarle a la palabra: un huérfano de mundo, el último de su especie. Pero, pese a lo traumático que esto puede resultar y lo mucho que puede llegar a influir en la personalidad de Superman, él juega con una ventaja con respecto a su prima: no se acuerda de Krypton. Tan solo era un bebé cuando su cápsula llegó a Smallville y los Kent lo encontraron y criaron como hijo suyo. Posteriormente adquiriría los conocimientos y recuerdos de su planeta de nacimiento, pero pese a que los nombres de Jor-El, Lara, y los demás miembros de la Casa de El le son familiares y ocupan un lugar importante en su mente y su corazón, Kal-El no tuvo que despedirse de nadie. No tuvo que tomar conciencia de como su mundo, su pueblo y su familia quedaban atrás, condenados a una muerte irremediable, mientras que su cápsula lo transportaba a la seguridad de nuestro Sol amarillo. Kara Zor-El carga también con todo el peso de ser uno de los últimos supervivientes de Krypton, pero además tuvo que decirle adiós a todo lo que le importaba. Era lo bastante mayor como para volver la vista atrás y fue perfectamente consciente de que ella viviría, pero no así lo que quedaba de su mundo.
Este factor resulta decisivo para entender parte de la personalidad de Supergirl y, sobre todo, la relación que tiene con su primo. No olvidemos que, aunque Kara es una adolescente y Kal un adulto, estaba previsto que fuera ella quien tuviera que cuidar de su primo. Pero, al quedar su nave a la deriva, Kara no llegó a la Tierra cuando debía hacerlo, permaneciendo en animación suspendida hasta que la nave de Kal-El la atrajo a su destino. Para entonces habían pasado más de treinta años en los que ella seguía siendo la misma muchacha que salió de los restos de Argo City, pero en los que Kal-El se había convertido no en un hombre, sino en el superhombre protector de la Tierra. Así que, por azares del destino, la niñera se convirtió en la niña.
Si tenemos en cuenta lo que está por venir, al personaje de Supergirl le espera un duro camino. Próximamente, en las páginas de la colección mensual Superman, dará comienzo la saga Brainiac, en la que este personaje volverá a ser introducido en el actual Universo DC, en una nueva versión más oscura y tétrica que nunca. Y con él regresará también la ciudad de Kandor, la última polis kryptoniana que todavía se conserva, miniaturizada en el interior de una de las botellas de cristal del alienígena coleccionista de ciudades. La recuperación del tamaño normal de Kandor y su nueva ubicación en nuestro planeta será la premisa argumental de Nuevo Krypton, historia en la que veremos el impacto y repercusión de hospedar en la Tierra a 100.000 kryptonianos. La sorpresa será aún mayor para la Chica de Acero, ya que entre los habitantes de Kandor, Kara se reencontrará con rostros muy conocidos y queridos. Se le presentará entonces un dilema terrible: elegir entre el mundo en el que nació y se crió - y que le será repentinamente devuelto como por arte de magia - o el mundo en el que ahora vive y por el que lucha. Un mundo que no entiende por completo, en el que no termina de encajar y en el que sus errores –como la tragedia accidental que provocó durante El ataque de las amazonas – todavía la persiguen.
Pero, centrándonos en este volumen, Supergirl va a tener que vérselas con Reactrón, un villano con poderes basados en la energía atómica que fue creado por Carmine Infantino y Paul Kupperberg para el Daring New Adventures of Supergirl #8, de Junio de 1983. La breve reaparición de este personaje servirá como primera toma de contacto entre los dos contendientes. Y conviene no olvidarnos de él, porque en los próximos meses el propio Reactrón se convertirá en responsable de un acto que supondrá un punto de inflexión para Supergirl y constituirá uno de los momentos decisivos de Nuevo Krypton.
Pero sobre todo, en Fantasmas de Krypton da comienzo una historia con moraleja que trata sobre los límites de lo que le es posible y debido a un superhéroe. Por si su estado emocional no fuese todavía lo bastante delicado, Supergirl está a punto de hacerle a un niño una promesa francamente difícil de cumplir, pero a la que va a dedicar todos sus esfuerzos. En el próximo volumen Supergirl, en aras de cumplir su palabra, irá contra los deseos de su propio primo y formará alianzas inusitadas. Pero la joven Kara tendrá que descubrir por sí misma que, por mejores que sean sus intenciones, ni siquiera ella puede jugar a ser Dios.

Javier Olivares Tolosa

CONTRAPORTADA

Continúan las aventuras de Supergirl, de la mano de Kelley Puckett y Drew Johnson. Kara continúa intentando avanzar y dejar atrás los errores de su recién empezada carrera como superheroína, pero los recuerdos de su pasado y el dolor por la pérdida de todo su planeta no dejan de atormentarla. En parte por esto, no dudará en hacerle a un niño una promesa que, tal vez, ni siquiera ella con todo su poder pueda cumplir. Una promesa cuyas consecuencias podrían desembocar en un futuro inquietante y estremecedor.

28 de agosto de 2009

SUPERMAN VOL. 2 NÚM. 26

Publicado en Superman Vol. 2 núm. 26 (Agosto 2009)

ANTERIORMENTE EN SUPERMAN

Lois y Superman adoptaron a Chris -un niño kryptoniano que resultó ser hijo del General Zod-, y lo cuidaron como suyo. Después, Superman tendría que hacer frente a Zod y a su ejército de presos fugados de la zona fantasma, y Chris se confinaría en ella voluntariamente para cerrar la entrada a los criminales. El Hombre de Acero se enroló también en una aventura en el siglo XXXI con sus amigos de la Legión de Superhéroes para decidir el futuro de la Tierra y, de vuelta en Metropolis, combatiría contra el enigmático y poderoso Atlas. Ahora da comienzo su contienda definitiva contra el peor villano imaginable…

EL PRINCIPIO DEL FIN

Los pasados meses, hemos estado anunciando el regreso de un enemigo del Hombre de Acero cuya llegada a las páginas de Superman tendría no solo un terrible impacto directo, sino unas consecuencias posteriores extraordinarias.
El momento ha llegado. Brainiac ya está aquí.
La primera vez que Superman tuvo que hacer frente a este alienígena de piel verde e inteligencia sin parangón, fue en el Action Comics #242, de 1958, con guión de Otto Binder y dibujo de Al Plastino. En la portada, realizada por Curt Swan, Brainiac flotaba en el espacio sobre una roca, mientras desafiaba con arrogancia a Superman a atravesar su campo de fuerza. La aventura del interior ya dejaba patente cuál era la mayor afición de aquel villano: coleccionar ciudades que miniaturizaba dentro de botellas de cristal. El Hombre de Acero, luchando para liberar las ciudades terrícolas de las que se había apoderado aquel monstruo, acababa descubriendo que la urbe kryptoniana de Kandor había corrido la misma suerte años atrás. Superman lograba restaurar el tamaño de todas las ciudades de la Tierra, pero los propios kandorianos sacrificarían para ello la posibilidad de recuperar sus dimensiones normales. El Hombre del Mañana prometió no descansar hasta que sus compatriotas pudieran volver a su tamaño natural, y puso la ciudad embotellada de Kandor a buen recaudo en su Fortaleza de la Soledad.
Esta historia clásica es un hito por varias razones. No solo vio nacer a Brainiac, sino que introdujo, además, el elemento dramático de Kandor. Toda una polis kryptoniana llena de vida, que Superman sería incapaz de revertir a su estado original, pero en la cual viviría algunas de las más bonitas y míticas historias de aquel período. Solo una muestra: en 1963, en una aventura que se desarrolló dentro de la ciudad embotellada en el Superman #158, Superman y Jimmy Olsen se convertirían en los legendarios héroes kryptonianos Nightwing y Flamebird, dos vigilantes inspirados en el dúo dinámico formado por Batman y Robin. Y conviene no olvidarse de estos dos personajes. Puede que pronto volvamos a oír hablar de ellos…
En cuanto a Brainiac, se trata de uno de los villanos que más adaptaciones y versiones ha tenido a lo largo de los años. De extraterrestre coleccionista de mundos a inteligencia artificial; de mentalista de feria a criatura cibernética de tecnología futurista… y hasta es antepasado lejano de uno de los miembros más célebres de la Legión de Superhéroes. Por otro lado, en la serie televisiva Smallville se le ha visto como un ente informático kryptoniano al servicio del general Zod. Ahora, en esta saga que da comienzo aquí, vuelve a otra vez a la maldad más primigenia, pero con Geoff Johns dispuesto a probarnos que Brainiac aún puede sorprendernos… y mucho.

Javier Olivares Tolosa

26 de agosto de 2009

SUPERMAN: REGRESO A KRYPTON

Publicados en el tomo recopilatorio Superman: Regreso a Krypton (Agosto 2009), que también traduje yo.

KRYPTON: HISTORIA DE UN MUNDO

El origen de Krypton se remonta 9 billones de años atrás, después de que él y otros planetas se formaran alrededor de una estrella roja que sería llamada Rao, componiendo un sistema solar en el cual Krypton estaba dentro de la denominada Zona Goldilock, la única cuya proximidad al sol permitía reunir las condiciones para la vida. La primera civilización que reinaría el planeta fueron los Xan, seres energéticos basados en el electromagnetismo. Aunque las causas de su declive no están claras, su energía vital siguió latente en las que fueron conocidas como las Proto-tumbas de Xan, sobre cuyas ruinas se construiría mucho más tarde la capital kryptoniana: Kandor. Más de 4 billones de años después de la caída de los Xan, los kryptonianos de la Primera Era convirtieron al sol Rao en su deidad principal, aunque en su último período el planeta desecharía la religión para abrazar la ciencia.
A partir de la Cuarta Era, hace 200.000 años, la ciencia de Krypton perfeccionó la clonación hasta el punto de que, en la Quinta Era, cada kryptoniano disponía de tres clones para obtener recambios en caso de necesidad. Este uso de la clonación dio lugar al nacimiento de una facción terrorista que se conoció como Black Zero, que reclamaba los derechos de los clones y que acabaría haciendo estallar una guerra civil que duró mil años, la Guerra de los Clones. Kandor sufriría enormes daños por un artefacto termonuclear instalado por Black Zero, cuyas consecuencias para el ecosistema fueron devastadoras.
La historia de Krypton concluiría abruptamente en su Séptima Era, cuando se había convertido en un mundo estéril y sin sentimientos, donde incluso los niños eran engendrados en matrices artificiales. Unas extrañas presiones internas (probablemente favorecidas por la bomba de la Guerra de los Clones) dieron como resultado un mineral de radiación letal para sus habitantes y acabaron provocando que el planeta entero explotara.
Pero aún podríamos añadir un dato curioso: durante la Tercera Era, hace 250.000 años, un equipo científico liderado por el alienígena Bertron desarrolló en Krypton un experimento genético para crear un ser evolucionado hasta la perfección, aprovechándose de las terribles condiciones del medio ambiente y la fauna del planeta en aquella época. Tras lograrlo, la indestructible criatura resultante, recordando los millones de veces que lo habían dejado morir para clonarlo de nuevo a partir de sus restos, exterminó al equipo y escapó en una nave de carga, sembrando el terror allá a donde llegó. Su creador lo llamó El Definitivo, pero el mundo lo conoció como… Doomsday.

Javier Olivares Tolosa

CONTRAPORTADA

Ser el único superviviente de todo un mundo extinto nunca ha sido sencillo para Superman. Pese a haber disfrutado del calor de un hogar con sus padres adoptivos en Smallville, el hombre de acero nunca ha conocido su verdadera herencia. Por eso, cuando le es planteada la posibilidad de regresar a Krypton, no dudará en embarcarse en el más misterioso de los viajes. Pero Superman tendrá que hacer frente a que todo lo que creía saber sobre su mundo natal era una mentira, y sus acciones podrían cambiar el curso de la historia para siempre.

4 de julio de 2009

SUPERMAN VOL. 2 NÚM. 25

Publicado en Superman Vol. 2 núm. 25 (Julio 2009)

ANTERIORMENTE EN SUPERMAN

Tras detener la invasión de los criminales kryptonianos fugados de la zona fantasma -liderados por el General Zod-, y ayudar a la Legión de Superhéroes a restablecer la paz en la Tierra en el siglo XXXI, los problemas no parecen terminarse para Superman. Atlas, un misterioso personaje, apareció en el centro de Metropolis y derrotó con pasmosa facilidad al cuerpo de élite de la Policía Científica con un único objetivo: llamar la atención de Superman para enfrentarse a él. Y, por supuesto, cuando está por medio el bienestar de su ciudad, el Hombre de Acero no rechaza un desafío.

FINALES Y PRINCIPIOS

Esta colección alcanza su segundo año de publicación, buen momento para hacer un pequeño balance de los últimos 12 meses.
Lo primero que destacaremos es que la distancia editorial entre la publicación original norteamericana y estas páginas que llegan cada mes a vuestras manos, se ha reducido hasta mantenerse en unos ocho meses de diferencia. Un tiempo que permite, además, que pueda seleccionarse la forma más adecuada de publicar las aventuras del Hombre de Acero en sus distintas colecciones, bien sea en esta serie o en libros recopilatorios que incluyan sagas cuya lectura sea más conveniente realizar de una sola vez. En cualquier caso, la espera para poder disfrutar del desarrollo y conclusión de cada arco argumental se minimiza considerablemente al incluir siempre - al menos - dos cómics estadounidenses en cada número mensual de Superman; situación que por ahora va a mantenerse.
En el aspecto argumental, el acontecimiento más importante de este año para Superman ha sido, sin lugar a dudas, su aventura con la Legión de Superhéroes. El tándem creativo formado por el escritor Geoff Johns y el dibujante “favorito del público” Gary Frank, se sacó de la chistera una historia que brilló con luz propia y consiguió que el Hombre del Mañana fuera aclamado por público y crítica, afianzando - de paso - la reintroducción de la versión clásica de la Legión de Superhéroes en el Universo DC actual iniciada con La saga del relámpago (JLA/JSA). Terminada ahora La llegada de Atlas, del no menos brillante equipo formado por James Robinson y Renato Guedes, Superman protagonizará en los próximos meses un nuevo arco argumental que ha sido tan laureado como lo fue el de la Legión. En él, un clásico enemigo del Hombre de Acero regresará de forma espectacular, desde las páginas de Action Comics, para protagonizar la mejor historia reciente de Superman: Brainiac.
Y como ya hemos avanzado en otras ocasiones, el regreso de esta nueva versión del coluano coleccionista de mundos será el detonante para el gran evento de Superman que Planeta DeAgostini publicará este año. La resolución de Brainiac dejará el terreno preparado para Nuevo Krypton, una historia cuyas repercusiones para Superman, Supergirl, Metropolis y la Tierra aún se desconocen. Sin desvelar acontecimientos, solo diremos que muchos personajes supuestamente desaparecidos van a regresar, otros van a marcharse para siempre e, incluso, aparecerán nuevos y enigmáticos seres superpoderosos que todavía no sabemos si se convertirán en defensores de la Verdad y la Justicia… o en peligrosos villanos.
Nos encontramos en un momento en el que todo es posible y lo único seguro es que, en estas páginas, te espera otro año trepidante.

Javier Olivares Tolosa

25 de junio de 2009

SUPERMAN: JUICIO FINAL

Textos publicados en el volumen ómnibus Superman: Juicio Final (Junio 2009). Este primer artículo servía de introducción a la historia El día del juicio:

DESPUÉS DE LA TORMENTA


La pelea entre Superman y Juicio Final recorrió buena parte de América y terminó frente al edificio del Daily Planet en Metropolis. Para todo el mundo, aquel sería recordado como el día en que Superman se sacrificó para acabar con la criatura y salvar millones de vidas inocentes. Pero la lucha contra el monstruo fue una guerra en toda regla y, como toda guerra, los daños colaterales fueron terribles. La ciudad quedó prácticamente destruida, pese a que el Hombre de Acero minimizó la magnitud del desastre. Allá por donde Juicio Final había pasado, quedaba un reguero de destrucción y caos. Y lo peor de todo: miles de personas quedaron irremediablemente atrapadas entre el avance destructor de la criatura y los vanos esfuerzos militares y superheroicos por detenerlo. Miles de personas que perdieron sus hogares. Miles de familias rotas. Miles de vidas que se apagaron.
Pero si la llegada de Jucio Final fue un holocausto, lo peor, aunque pareciera imposible, aún estaba por llegar. Haciéndose pasar por Superman reconstruido y vuelto a la vida, el Ciborg, secretamente aliado con el tirano Mongul, pretendió convertir nuestro planeta en una nave espacial poderosamente armada para la conquista de otros mundos. El plan del Ciborg incluía no solo reconvertir la Tierra en ese nuevo Mundoguerra, sino que fuera Superman quien resultase inculpado por ello. La ciudad de Coast City fue elegida como emplazamiento para los motores que convertirían la Tierra en la mencionada máquina de guerra. Y el Ciborg cometió uno de los actos más terribles que jamás se han visto en la historia del Universo DC: arrasó por completo Coast City. Sus cuatro millones de habitantes desaparecieron de la faz de la tierra en un segundo. Vaporizados. Exterminados.
El resto de la historia tiene un aparente final feliz: Superman regresaba de la muerte y derrotaba al Ciborg y a Mongul junto a un pequeño grupo de héroes. Después, el mundo celebraría el regreso de su héroe caído. Se repararían los daños materiales. Los edificios volverían a alzarse. Las calles volverían a llenarse de vida. Hasta que Juicio Final y Coast City se convirtieron en un amargo recuerdo y en una página más de los libros de historia.
La miniserie que estás a punto de leer, escrita y dibujada por Dan Jurgens y Bill Sienkiewicz, plasma perfectamente las consecuencias derivadas de aquel “día del Juicio Final”. Porque Superman murió y regresó, pero otros muchos no lo hicieron. Y esa losa es demasiado pesada para cualquier hombre. Aunque sea un hombre de acero.

Javier Olivares Tolosa

Y este artículo cerraba el tomo:


LA CRIATURA DEL ARMAGEDÓN


Kraang… Kraang… Kraang… ¡Kroom!
Pocos podían sospechar que, con estas onomatopeyas, daba comienzo un acontecimiento que cambiaría para siempre el mundo del cómic. Representaban el sonido de un puño que golpeaba contra una gruesa pared de metal sepultada a gran profundidad bajo tierra. Un cautiverio del que, aparentemente, nadie podría salir. Pero que no constituiría un obstáculo duradero para aquel preso que continuaba abriéndose paso a base de demoledores puñetazos que propinaba incansablemente con su mano izquierda. La derecha la tenía encadenada a la espalda.
Sobre la bóveda que encerraba al silencioso prisionero, tan solo silencio, un bosque en el que el sonido de los animales y el ulular del viento entre los árboles eran lo único audible hasta que el recluso subterráneo comenzó su incesante martilleo. Si alguien hubiera pasado por el lugar en aquellos momentos, probablemente hubiera sentido bajo sus pies la vibración sorda de los golpes, cada vez más poderosos, cada vez más próximos, a medida que su autor penetraba en capas de metal y roca, cavando hacia la libertad. Se dijo después que los sismógrafos registraron la vibración de aquellos impactos.
En poco tiempo, el sol de la mañana bañaba por vez primera con sus cálidos rayos al prisionero de la bóveda, completamente libre. Lo primero que maravillaría de él sería su tamaño, corpulento como una docena de hombres. Después nos fijaríamos en su atuendo, un traje de buzo verde en el que se hallaba embutido su enorme cuerpo y que cubría también su cabeza. Sus ojos quedaban detrás de dos lentes de color rojo, como pequeños prismáticos, que formaban parte de la peculiar vestimenta. Y aún más inquietante si cabe: la criatura estaba completamente envuelta en ataduras metálicas parcialmente rotas que habían mantenido inmóvil su cuerpo y que ahora dejaban libre su brazo izquierdo, con el que había cavado su túnel de salida. La tela de su guante aparecía destrozada por los nudillos a causa de los impactos y eso nos dejaría ver con estupor unas protuberancias afiladas que surgían de sus propios huesos.
Por primera vez en miles de años, el gigante respiraba aire libre. Un confiado pajarillo, sin temer aquello que jamás había visto antes, se posó en la mano abierta que le tendía el recién llegado. Más rápido de lo que el pájaro pudo reaccionar, la mano se cerró en un puño, aplastando a su huésped con pleno conocimiento y regocijo de estar asesinando a un ser vivo. La criatura lanzó una carcajada de satisfacción que retumbó en el bosque como un pistoletazo anunciando su llegada.
Ya era libre.
Ya estaba aquí.
El Jucio Final era inminente.
Lo que acabáis de leer no es más que una narración de las primeras páginas del arco argumental conocido como La muerte de Superman, en las que se nos presenta por primera vez al monstruo que se convertiría en envidia de todos los villanos de DC Comics. Una criatura de origen desconocido –en aquel momento- y furia imparable que lograría, aun sin comprender el alcance de su acto y moviéndose solo por su brutal instinto, lo que muchos habían intentado sin éxito: matar a Superman.
El número 75 de Superman, en cuya portada veíamos la capa del Hombre de Acero hecha jirones y ondeando premonitoriamente de un palo, puso punto y final a una batalla que se desarrolló entre 1992 y 1993 en las colecciones del Hombre de Acero (Superman, Action Comics, The adventures of Superman y Superman the Man of Steel) y el número 69 de Justice League of America. Toda esta saga puede encontrarse en el libro recopilatorio La muerte de Superman de Planeta DeAgostini, en la edición más completa que se ha realizado de esta historia, incluyendo material nunca antes publicado en España.
Todos conocemos los hechos: el monstruo, que fue bautizado involuntariamente por Booster Gold como Juicio Final, diezmó a la Liga de la Justicia y acabó con la vida del Último Hijo de Krypton. Y todo ello sin superpoderes, sin capacidad de volar, sin hechizos mágicos, sin la temida kryptonita. A base de fuerza bruta. La bestia también cayó, pero nadie sabía aún que aquel ser estaba más allá de la muerte y que perder la vida en combate, para él, solo representaba una nueva forma de evolución. Si el dicho reza “lo que no te mata, te hace más fuerte”, con Juicio Final lo que le hace más fuerte es, paradójicamente, aquello que le ha matado antes.
Una de las historias recopiladas en el volumen que ahora tienes entre manos explica precisamente el enigma del origen de Juicio Final. Hasta que se publicó este segundo asalto entre Superman y su asesino, solo sabíamos que la bestia avanzaba en constante línea recta hacia el este, en dirección a Metropolis, sin que nada lo detuviera. Pese a que el telépata alienígena Dubbilex escaneó su mente, no halló en ella ninguna respuesta, solo la más salvaje furia que jamás había visto. Durante El reinado de los superhombres, la historia que continuó a La muerte de Superman, la primera acción del Ciborg en su período como Superman impostor sería encadenar a Juicio Final a un asteroide y lanzarlo al espacio. Allí, en la soledad del vacío, la bestia volvería a la vida sin que nadie se percatara de ello. Así que, durante un tiempo, tan solo supimos del monstruo dos cosas: que había sido lo bastante fuerte como para matar a Superman… y que había resucitado.
Fue precisamente en Superman/Jucio Final: Cazador/Presa, cuando conocimos la historia detrás de esa imparable fuerza de la naturaleza. Aunque no fue precisamente la naturaleza, sino la ciencia, la responsable de su venida al mundo.
De la mano del mismo equipo creativo que concibió y diseñó a la criatura (Dan Jurgens y Brett Bredding), en aquella miniserie se nos revelaría la historia de su origen, fruto de un experimento genético en busca de la perfección evolutiva. Irónicamente, dicho experimento se emplazó en Krypton, el mismo Krypton del que proviene Superman (de ahí la extraña atracción que la criatura sentiría posteriormente hacia la presencia del Hombre de Acero), pero en su llamada Tercera Era, 250.000 atrás, una época en la que las condiciones meteorológicas, atmosféricas y la fauna del planeta lo convertían en uno de los lugares más inhóspitos del universo. El resultado de miles y miles de clonaciones y de varias décadas de trabajo, sería el ser que todos conocemos como Juicio Final y al que su creador llamó El definitivo. Por supuesto, una fuerza semejante no podía ser contenida demasiado tiempo y el monstruo acabó escapando. Después de ser derrotado en el planeta Calatón, como hemos visto, acabaría en la Tierra, donde permanecería encerrado hasta que volvió a liberarse. El resto ya lo conocemos.
Pero tras matar a Superman y después de los acontecimientos de Cazador/Presa, el destino de la criatura del Armagedón guardaba aún muchas sorpresas. En una alianza simbiótica, la privilegiada mente de Brainiac y el indestructible cuerpo de Juicio Final se unirían por un breve tiempo dando lugar a la historia de Las guerras del Jucio Final. No volveríamos a saber nada del monstruo, que permanecería preso en la Luna en un constante ciclo de teletransporte, hasta que el presidente Luthor activó el “protocolo Juicio Final” cuando la Tierra se convirtió en el objetivo del destructor galáctico Imperiex, durante el arco Nuestros mundos en guerra. Sería la primera vez que Superman y su antiguo asesino luchaban en el mismo bando, y aunque ya hemos visto que la aportación de Juicio Final fue útil, Imperiex no tuvo problemas para aniquilarlo.
Pero si algo quedaba claro en Cazador/Presa, era la incomparable capacidad de evolución que había desarrollado El definitivo. Así que, cuando Luthor le devolvió la vida en el Superman #175 (número que, además, conmemoraba la centena desde aquel memorable ejemplar en el que Superman moría), esta criatura regresaba siendo ya poseedora de algo de lo que, hasta entonces, había carecido: inteligencia y conciencia. Esa sería también su perdición, como también habéis podido comprobar, ya que en la saga de Gog, el nuevo e inteligente Juicio Final ayudaba al Hombre de Acero a derrotar a su enemigo… pero acababa perdiendo su recién adquirida mente y regresando a su estado original. Su paradero fue desconocido hasta que volvimos a verlo fugazmente en Crisis Infinita, durante la batalla de Metropolis, en la que nuestro Superman y el Superman de Tierra-2 dieron buena cuenta de él. Será que últimamente los kryptonianos le tienen cogida la medida, porque en la saga Nuevo Krypton, que próximamente podréis ver en las páginas de Superman, Jucio Final regresará para enfrentarse a los supervivientes de Kandor… y el resultado de la contienda será tan rápido como sorprendente.
Por supuesto, un enemigo tan versátil y poderoso como éste no iba a ser desaprovechado por los otros medios de difusión. La bestia fue convertida en un dibujo animado para la serie de la Liga de la Justicia, pero más destacable todavía fue su papel en la película - también de animación - La muerte de Superman, una adaptación libre de la célebre saga de los noventa. Aunque Juicio Final apareció descrito en ella como un soldado perfecto creado por bioingeniería, la película permitió disfrutar de un espectacular combate entre Superman y la criatura.
Incluso la interminable serie televisiva Smallville ha introducido en su más reciente temporada -ya la octava- una particular versión de Juicio Final que ha sorprendido agradablemente a los espectadores. Ha sido presentado como un paramédico de Metropolis llamado Davis Bloome, que sufre extraños desmayos durante los que comete atroces crímenes que luego no recuerda. Bajo su aspecto se oculta una creación kryptoniana llevada a cabo por el General Zod y su esposa, Feora, con la intención de crear un ser capaz de evolucionar hasta convertirse en un monstruo destinado a ser el destructor definitivo de la Tierra. La primera intervención de Davis en Smallville, completamente transformado en Juicio Final, podría catalogarse como demoledora, y aunque su enfrentamiento contra Clark se resolvió a favor del monstruo con un solo golpe, la trama de la serie está dirigiéndose hacia un segundo y definitivo asalto.
Una cosa es segura: después de lo ocurrido en Nuevo Krypton, solo es cuestión de tiempo que volvamos a tener noticias de Juicio Final, puesto que ya estamos acostumbrados a que este monstruo muera y reaparezca según convenga a las historias. No en vano tiene ya ganado su puesto en lo más alto del Olimpo de los supervillanos, ostentando el “honor” de ser el único que ha logrado quitarle la vida a Superman.
Al menos, hasta la fecha.

Javier Olivares Tolosa

Y esta es la contraportada:

CONTRAPORTADA

Cuando, en 1992, la última página del Man of Steel #17 mostró cómo aquel puño de nudillos afilados comenzaba a golpear contra una pared de metal, todavía no teníamos ni la más remota idea de que estábamos contemplando al monstruo que iba a matar a Superman.
Pero… ¿y después? ¿Qué fue de la criatura que acabó con la vida del Hombre de Acero?
Superman-Juicio Final reúne la historia completa de este imparable ser, desde su sorprendente origen hasta su evolución posterior, en un repaso a la trayectoria de un personaje que ya es historia por méritos propios.

15 de junio de 2009

SUPERMAN VOL. 2 NÚM. 24

Publicado en Superman Vol. 2 núm. 24 (Junio 2009)

ANTERIORMENTE EN SUPERMAN

Después de regresar del siglo XXXI y enfrentarse al General Zod y su ejército de criminales kryptonianos, Superman aún no ha tenido un momento de descanso. Batman acudió a él para que le ayudara a investigar la muerte de dos legionarios (Karate Kid y Triplicada) por un extraño virus cuando, casualmente, el Hombre de Acero estaba recibiendo la visita de Relámpago. Entre los tres no lograron desvelar lo ocurrido y Relámpago se llevó a su época los cuerpos de sus amigos, mientras que descubríamos detrás de todo al Amo del Tiempo. Además, recordamos una de las primeras intervenciones de Superman, en la que se enfrentó a Solomon Grundy junto al Green Lantern Alan Scott.

LA LLEGADA DE ATLAS

Estrenando arco argumental, esta colección recibe ahora la demoledora visita de Atlas, un villano que viene para poner a prueba lo que Superman tiene de “súper”. Solo el nombre de dicho antagonista ya exuda fuerza y poder. Y no es para menos, puesto que su apelativo no es tan solo la manera común de llamar actualmente a ciertos mapas mundiales, sino el nombre de una de las figuras más poderosas de la prolífica mitología griega.
En la historia helénica original, Atlas era hijo de Jápeto y de la ninfa Clímene. Entre sus hermanos estaba Prometeo, célebre por ser, según la leyenda, quien robó el fuego a los dioses y lo entregó a los mortales. La más común de las versiones narra que cuando Atlas, líder de los Titanes –de quienes cierto grupo actual de jóvenes superhéroes tomaría su nombre –, fue derrotado en la batalla contra los olímpicos conocida como la Titanomaquia, Zeus lo condenó a una “pesada” penitencia: cargaría para toda la eternidad con el peso de los cielos sobre sus hombros, contrariamente a la creencia general y a las representaciones artísticas que lo muestran sosteniendo la Tierra. Cuenta la leyenda que, pese a la fuerza sin igual del titán, podían escucharse sus lamentos de esfuerzo durante tan ardua condena.
Nuestro Atlas, en cambio, no nació del vientre de una ninfa, pero sí de la mente de quien es considerado casi un dios: Jack Kirby. En abril de 1975, “el Rey” escribía y dibujaba la historia Atlas the great, que se publicó en el 1st Issue Special #1. El origen de este ancestral guerrero no difería mucho al que veremos en estas páginas, ya que lo que el guionista James Robinson ha hecho es rescatarlo del olvido para convertirlo – según declaró en una entrevista – en un personaje trascendental. “Me gusta verlo como a Namor en el Universo Marvel: un héroe que camina sobre la delgada línea entre ser un héroe o un villano, pero se queda del lado del héroe”, afirma James Robinson. “Atlas – continúa – también oscila sobre esa línea que separa al héroe del villano, pero finalmente siempre cae del lado del villano.”
La estética actual del personaje será idéntica al diseño original de Jack Kirby, si bien el realista dibujo de Renato Guedes todavía logrará mejorarla y darle un aspecto más humano, poderoso y bárbaro. Pero, casi más importante que la llegada de Atlas a nuestro tiempo, será descubrir cómo ha llegado aquí, quién está detrás de su ataque contra el Hombre de Acero y qué le aguarda al coloso en el futuro. Como concluía James Robinson en la entrevista citada, “Atlas se convertirá en un personaje muy importante en la mitología de Superman; (alguien) que evolucionará y protagonizará algunos giros realmente sorprendentes.”

Javier Olivares Tolosa

5 de junio de 2009

SUPERMAN ALL STAR

Contraportada publicada para el tomo recopilatorio Superman: All Star (Junio 2009)

Superman se muere. Es cuestión de tiempo que su cuerpo sucumba a una sobrecarga masiva de la misma energía solar que le confiere sus increíbles poderes. Por su parte, Lex Luthor está condenado a pena de muerte por sus crímenes contra la humanidad. Así que el mundo va a perder, casi al unísono, a su mayor protector y a su peor enemigo.
Recopilando los doce números de la edición americana en un solo volumen, Planeta DeAgostini se enorgullece en presentar la obra de Grant Morrison y Frank Quitely que ha cosechado algunos de los premios más importantes del Noveno Arte y ha sido unánimemente aclamada por el público como uno de los mejores cómics de la década. Y es que, haciendo honor a su nombre, todas las estrellas que conforman el firmamento del Hombre de Acero se encuentran aquí.

2 de mayo de 2009

SUPERMAN: HIJO ROJO

Contraportada publicada en el tomo Superman: Hijo Rojo (Mayo 2009), también traducido por mí.

Imagina que la nave de Kal-El hubiera caído en la vieja Unión Soviética. Imagina después a un Superman adulto que, en vez de luchar por la “verdad, la justicia y el estilo de vida americano” defendiera absolutamente lo contrario bajo el eslogan “Stalin, comunismo y Pacto de Varsovia”. Ahora adapta a este contexto a un terrorista llamado Batman, al eminente doctor Lex Luthor, a la princesa Diana de Themyscira, a Brainiac, al agente federal James Olsen y a muchos de los personajes más emblemáticos del Universo DC.
¿Ya te lo has imaginado?
Pues ahora descúbrelo todo en el fascinante mundo alternativo de Superman Hijo Rojo.

30 de abril de 2009

SUPERMAN VOL. 2 NÚM. 23

Publicado en Superman Vol. 2 núm. 23 (Abril 2009)

NACIDO UN LUNES...

En una de las dos aventuras incluidas en este ejemplar, Superman hace equipo con el Green Lantern Alan Scott para enfrentarse a uno de los seres más indestructibles que se pasean por las páginas de DC Comics: Solomon Grundy.
La revista All American Comics publicaba en su número 61, en octubre de 1944, el origen de este zombi pasado de esteroides. En aquella historia, un comerciante del siglo XIX llamado Cyrus Gold era asesinado y arrojado a una ciénaga en las afueras de Gotham. Cincuenta años después, resurgía de ella transformado en una gigantesca mole gris, de fuerza descomunal y sin más recuerdos que el haber nacido un lunes. Desde entonces, Grundy se convirtió en un poderoso adversario del Green Lantern clásico, a quien dio no pocos problemas no solo por su brutalidad y capacidad para volver de la muerte una y otra vez, sino también porque el medio siglo que pasó en las profundidades del pantano parecía haber otorgado a su cuerpo las propiedades de la madera, material contra el que el anillo de Alan Scott resulta inútil.
Otro detalle curioso del personaje residía en que, tras cada resurrección, regresaba con una personalidad diferente y – habitualmente – sin recuerdos de su existencia pasada. No obstante, en la mayoría de sus encarnaciones se ha manifestado como un ente malvado y de pocas luces, características que le han llevado a pertenecer a equipos como la Sociedad de la Injusticia y a enfrentarse a superhéroes tan conocidos como Green Arrow, Batman o Superman. De hecho, los aficionados a Superman guardaremos siempre en la retina una impactante escena de la colección Justicia, de Alex Ross: un equipo de villanos, entre los que se encontraba Grundy, acorralaba al Hombre de Acero y le daba una tremenda paliza, haciendo que el kryptoniano suplicase ayuda con lágrimas en los ojos.
Excepcionalmente, hace poco nos fue presentada una versión de Grundy con abundante materia gris, tanto en su dermis como en su cerebro. Debemos retroceder hasta el último número de Crisis Infinita para descubrir cómo sucedía todo. En la batalla de Metropolis, Superboy Prime descargaba a plena potencia su visión calorífica sobre el Grupo Sangriento, justo cuando Solomon Grundy luchaba también contra estos héroes. Como resultado de esto todos ellos, incluido nuestro muerto viviente, quedaban reducidos a cenizas. Ya no volvería a saberse nada del monstruo de la ciénaga hasta que en la saga La senda del Tornado, dentro de la colección JLA, se revelaba que un nuevo Grundy - ahora inteligente - era la mente responsable del secuestro de Tornado Rojo. En esa última encarnación, las intenciones de Grundy eran las de terminar con su maldición de resucitar cada vez, azarosamente, con una personalidad nueva. Para ello, pretendía transferir su consciencia a un cuerpo robótico en el que vivir para siempre con sus aptitudes actuales. Por fortuna los héroes se lo impidieron, así que habrá que esperar a ver qué depara la próxima “vida” de este desdichado.

Javier Olivares Tolosa

16 de abril de 2009

SUPERGIRL: REUNIÓN

Textos publicados en el tomo recopilatorio Supergirl: Reunión (Abril 2009), del que también fui traductor.

CRECER, EQUIVOCARSE, AVANZAR...

Tras los últimos acontecimientos que han sacudido todo el universo DC y en los que la chica de acero ha estado directamente involucrada, puede que este sea uno de los momentos más difíciles para Supergirl. Por si fuera poco, Kara ha tenido que luchar contra una situación personal bastante delicada tras la abrupta ruptura de su romance con Power Boy, como vimos en el anterior volumen de esta colección, Supergirl: Orígenes. Definitivamente las cosas no parecen ir bien para nuestra amiga, y como suele decirse “aún tendrán que ponerse mucho peor para empezar a mejorar”.
Cuando la Crisis Infinita parece ya cosa del pasado y el misterio que encerraba la colección 52 ha sido desvelado finalmente, todos los personajes y colecciones están inmersas en el nuevo evento Cuenta Atrás, que Planeta DeAgostini lleva publicando desde mayo. En él estamos viendo semana tras semana, narrado a tiempo real en el mismo estilo que caracterizó a 52, el principio del fin de todo lo que ahora conocemos en el elaborado universo DC. Todas las series confluirán en un último acontecimiento en el que habrá bajas, cambios y nuevos comienzos en todo y para todos los héroes. El misterio del multiverso de 52 solo ha abierto las puertas a lo que está llamada a ser la crisis definitiva, el evento más importante de los últimos tiempos: la Crisis Final. No perdáis la pista a lo que va sucediendo en las páginas de Cuenta Atrás porque lo que ocurre en ellas afecta estrechamente a lo que podemos ver en las colecciones individuales de cada personaje, mientras que todo el entramado conjunto se irá precipitando hacia la mencionada próxima crisis. Pero para eso aún faltan unos meses muy duros para los habitantes del universo DC…
Los acontecimientos de este volumen se ubican justo tras los hechos que se han desarrollado en la miniserie El Ataque de las Amazonas (también publicada por Planeta DeAgostini), en la que Supergirl ha tenido un papel desafortunadamente protagonista al ser responsable, junto a Wonder Girl, de un terrible error que ha podido costar la vida de nada menos que el Presidente de los Estados Unidos. Intentando mediar entre las fuerzas de las amazonas y las tropas militares, Casey y Supergirl se ofrecen para conseguir un encuentro entre el Presidente y la reina Hipólita. Para conseguir la audiencia con el Presidente se interpondrán en el camino del Air Force One, pero su esfuerzo pacificador se convertirá en desastre cuando un escuadrón de guerreras amazonas aprovecha el momento para atacar y derribar el avión presidencial, causando numerosas bajas e hiriendo de gravedad al propio Presidente. Por supuesto Supergirl no ha sido la directa culpable de este incidente, como podría deducirse tras la lectura de las primeras páginas de este tomo que tenéis entre manos, pero su actitud confiada e inexperta la han propiciado, y una vez más ha sido su primo quien ha tenido que mediar en una situación que a ella se le ha ido de las manos. Ahora veremos si nuestra chica sale airosa de semejante embrollo.
Este aspecto de la relación entre Superman y Supergirl, o deberíamos personalizar a entre Kara y Kal, también será explorado y casi definitivamente solucionado en este mismo volumen. Solo hay que echar la vista atrás para ver lo muchísimo que Kara ha progresado como persona y como superhéroe desde su nueva incursión en la nueva continuidad de DC, ocurrida en las páginas de Superman/Batman y que pudisteis leer en el Volumen 1 de la colección publicado por Planeta DeAgostini, y eso a pesar de que, en los dos años que la chica de acero lleva en nuestro planeta, nadie se lo ha puesto nada fácil. Todo el mundo se esfuerza en ponerla a prueba; su primo vela por ella con, a veces, una involuntaria sobreprotección, lo cual es un conflicto en sí mismo teniendo en cuenta que, en principio, Kara es quien estaba destinada a cuidar del pequeño Kal-El y no al revés. En definitiva, como adolescente que es, Kara aún no ha conseguido encontrar por completo su lugar, el sitio al que pertenece. Pero pronto veréis que el final de estas páginas puede ser solo el comienzo de una nueva etapa mucho más serena, y no por ello carente de emociones, para Supergirl.

Javier Olivares Tolosa

CONTRAPORTADA

Continúan siendo tiempos difíciles para Supergirl, que ahora más que nunca tendrá que demostrar que es la chica de acero. Los acontecimientos de este volumen están directamente relacionados con las páginas de Cuenta Atrás a Crisis Final y con el desastre que ha sucedido en el especial El ataque de las Amazonas, del cual Supergirl ha sido, en parte, la culpable. Es momento de comprobar si Kara está preparada para asumir la responsabilidad de sus errores y de redimirse. Pero nadie ha dicho que vaya a ser fácil.

El artículo siguiente debía haberse publicado al final del tomo, pero por reestructuración de páginas no se incluyó.

DISEÑANDO A LA CHICA DE ACERO

El dibujo que habéis podido ver en las páginas de este tomo que ahora concluye, es algo que no os habrá dejado indiferentes. Se han roto muchos estereotipos y han caído muchos tópicos sobre el aspecto que estamos acostumbrados a que tengan las superheroínas de cómic.
La primera aparición del personaje de Supergirl en esta nueva andadura la vimos hace ya dos años en Superman/Batman Volumen 1, en un arco argumental concebido por el siempre brillante Jeph Loeb en el que se reintrodujo al personaje en la continuidad de los comics actuales dándole, como ya sabemos, un nuevo enfoque y un origen similar al que la viera nacer en el mítico Action Comics #252 de mayo de 1959, pero adaptado a la demanda actual. Este nuevo nacimiento del personaje se convirtió en un éxito absoluto, y devolvió a la chica de acero tras su periodo de ausencia (no la veíamos desde la complicada y profunda etapa de Peter David) a la posición que, por derecho ganado a pulso tras casi cuarenta años de historia, se merecía ocupar dentro del universo DC.
En su nueva etapa, la primera imagen que se nos ofreció del personaje salió de los lápices del particular Michael Turner. Su visión de la chica de acero era la de una joven extremadamente delgada y atlética, de musculatura fina y bien definida y con una cintura prácticamente inexistente. Muchos han tildado a la Supergirl de Turner de “anoréxica”, si bien el dibujo de este artista siempre roza los extremos y éste en concreto no iba a ser una excepción. Ahora en estas páginas habéis visto como el dibujante Renato Guedes ha dado una vuelta de tuerca a aquella Supergirl y la ha convertido en una chica mucho más corriente sin hacer que pierda un ápice de su atractivo y dotándola de más realismo, más curvas y de un aspecto más humano. El estilo de este artista brasileño, que poco a poco se está convirtiendo en uno de los grandes del panorama actual, siempre busca la máxima aproximación a la realidad, tanto en físicos como en expresiones faciales, y son muchos ya los que lo consideran un peso pesado dentro de la difícil y competitiva industria del dibujo de cómics. Como respaldo de estas palabras, pronto podréis ver a Guedes dibujando al primo de Kara, también conocido como Superman, dentro de las páginas de la colección homónima del personaje, del que se ha convertido en dibujante regular a partir de su número 674, tras algunas aportaciones anteriores para el hombre de acero, como la que pudimos ver en el número 8 de Superman (Volumen 2), de Planeta DeAgostini, en la que ya demostró lo que era capaz de hacer este artista en una historia de un solo número que servía como puente en la aclamada trama Último Hijo, de Geoff Johns y Richard Donner.
Como comentábamos al principio del volumen, parece que Supergirl empieza a ver un poco de luz al final del oscuro túnel que han supuesto todos los incidentes relacionados con El ataque de las amazonas. Así mismo, la relación entre ella y Superman parece estar llegando alcanzando un nuevo plano en el que el hombre de acero comprende que su prima ya no es una niña y que está sobreponiéndose a sus errores y aprendiendo de ellos. La alianza con los Jóvenes Titanes promete ser muy positiva (aunque nadie ha dicho que sencilla) para Supergirl, pero no vamos a adelantar acontecimientos de lo que pronto está por llegar.
Tras las dos historias autoconclusivas que han sido presentadas en este tomo, la chica de acero se enfrentará a una nueva etapa en la que seguiremos encontrando al frente del guión a Kelley Puckett, responsable de los dos últimos números incluidos en este volumen y todo un veterano con las superheroínas, ya que es el creador de la última Batgirl, Cassandra Cain. Formando equipo con Drew Johnson (a quien recordaréis por su trabajo con Wonder Woman) y Lee Ferguson, entre otros artistas ya viejos conocidos como Rick Leonardi y Dan Green, que también desfilarán por estas páginas, nos seguirán trayendo las aventuras en solitario de uno de los personajes más interesantes, afianzados y atractivos (en todos los sentidos) del universo DC.

Javier Olivares Tolosa