Textos publicados en Superman Vol. 2 núm. 51 (Agosto 2011).
ANTERIORMENTE
Después de un largo y convulso período de tensiones, la convivencia entre los humanos y los kryptonianos a los que Superman salvó de las garras de Brainiac, culminó en una guerra tan breve como terrible. 100 minutos de batalla que se saldó con miles de bajas humanas, incalculables destrozos materiales y la desaparición de Nuevo Krypton y sus 100.000 habitantes. Mientras el mundo aún se recomponía de la tragedia, Superman, de nuevo uno de los pocos kryptonianos con vida, comprendió que su mayor reto iba a ser que su mundo adoptivo volviera a confiar en él. A tal fin, decidió emprender un viaje a pie por los EEUU para reconectar con el pueblo americano. Un viaje que da comienzo aquí…
ARTÍCULO
SE HACE CAMINO AL ANDAR
Habiendo dado apenas los primeros pasos de su largo sendero, Superman ya ha dejado de manifiesto cuál es la intención de su viaje: mostrarse como alguien cercano, humano, alguien capaz de pasar ante tu misma puerta y ayudarte a resolver cualquier dificultad. En este número, arrancando desde la ciudad de Philadelphia y llegando hasta Detroit, ya hemos visto a Superman hacer frente a problemas cotidianos –pero no por ello menos graves– como el narcotráfico. También ha tenido tiempo para ayudar a un muchacho a mejorar la opinión que sus amigos tenían de él como jugador de baloncesto, de recomendar a un hombre una pronta visita al médico para controlar su corazón, de evitar el suicido de una chica desesperada, e incluso de ordenar el almacén de un restaurante para costearse la comida. Un puñado de buenas acciones que contrastan con las habituales hazañas a las que el Hombre de Acero nos tiene acostumbrados, y que sin duda van enfocadas a cumplir su cometido de que su tierra adoptiva vuelva a verlo como uno de los suyos y deje atrás la desazón de los todavía recientes eventos de La guerra de los superhombres.
No obstante, en la segunda parte de este número, la correspondiente a Superman #702, nuestro supercaminante ha vuelto a toparse de casualidad con lo extraordinario, al encontrar a esa familia extraterrestre afincada ilegalmente en Detroit. Esta historia no solo proporciona el elemento fantástico y la acción de esta parada, sino que sirve además para que Straczynski realice un alegato sobre la inmigración ilegal enmarcándolo dentro de las andanzas del que, sin lugar a dudas, es el inmigrante ilegal por excelencia. Un controvertido tema sobre el que el guionista no pretende convencer a nadie de lo que está bien o lo que está mal, sino que, fiel a su estilo, plantea la situación y permite que sea el lector quien extraiga sus propias conclusiones. Del mismo modo, y en otro alarde de esa conciencia social que J. Michael Straczynski imprime a sus guiones, esta historia también versa sobre los demoledores efectos de la crisis económica mundial en la industria automovilística americana, de la cual la ciudad de Detroit ha sido siempre estandarte y que vive ahora sus horas más bajas.
El mes que viene, la travesía llevará al héroe hasta Cincinnati, Ohio, muy cerca de donde el personaje fue creado por sus padres Jerry Siegel y Joe Shuster hace más de siete décadas. Además, conoceremos algo más del pasado de Lois Lane en un excelente interludio a la trama central de Grounded. Y si os estáis preguntando dónde anda Lex Luthor –sin duda el más beneficiado de la reciente guerra, tras la que ha recuperado a la par Lexcorp y su libertad– mientras Superman recorre América, en el artículo del próximo número hablaremos también de sus… nuevos proyectos.
Javier Olivares Tolosa