Publicado en Superman Vol. 2 núm. 21 (Febrero 2009)
ANTERIORMENTE EN SUPERMAN
Tras rescatar a Lana de la Reina Insecto, Superman intentará por enésima vez hallar una cura para su amigo Mon-El. Nativo de Daxam, el joven llegó a la Tierra hace años, huyendo de un mundo que prohibía la tecnología. Después de que se envenenara accidentalmente con plomo (letal para su especie), Superman lo envió a la zona fantasma para que no muriera. Más tarde, el Hombre de Acero es atacado por Paragon, un villano que absorbe y reproduce superpoderes, y conducirá la pelea a la Fortaleza. Pero de repente, en el cielo, aparecen tres sacerdotes daxamitas reclamando a Mon-El para juzgarlo y castigarlo por herejía...
CRÓNICA DE UNA CRISIS EN TRES ACTOS
La conclusión de la historia de Mon-El zanja la primera etapa del dibujante brasileño Renato Guedes al frente de Superman, después de su trabajo con la Chica de Acero en el volumen Supergirl: Reunión. Muy pronto podréis volver a disfrutar del estilo de este ilustrador en un arco argumental de James Robinson que recuperará a Atlas, personaje creado por Jack Kirby en 1975, y concederá merecido homenaje a un secundario muy querido para los seguidores del Hombre del Mañana. Todo esto tendrá lugar en la cabecera Superman, mientras que por Action Comics desfilarán varios dibujantes en los próximos números. Geoff Johns, siempre a la cabeza como guionista, nos presentará junto a Joe Prado una historia de Superman, Batman y Relámpago cuyo final enlazará con el gran acontecimiento del que luego hablaremos; y con Jesús Merino empuñando el lápiz, le dará un nuevo enfoque al personaje de Winslow Schott, el Juguetero.
Precisamente Action Comics ha sido también escenario de una de las sagas más interesantes de los últimos tiempos, Último Hijo, co-guionizada por el director de la mítica Superman The Movie, Richard Donner, y con el espléndido pero impuntual dibujo de Adam Kubert. Será justamente el mes que viene cuando la historia de Christopher Kent alcanzará su esperado desenlace; un desenlace que conviene no perderse.
Y en pocos meses, de nuevo en Action Comics, el inglés Gary Frank volverá a hacer equipo con Geoff Johns en una aventura de las que quedan para el recuerdo. Bajo el título Brainiac se presentará un arco argumental en cinco episodios donde el Hombre de Acero se enfrentará a su antiguo enemigo, al que veremos con un nuevo aspecto a medio camino entre su look más clásico y la peor pesadilla de H.R. Giger. El coluano aparecerá como un personaje mucho más oscuro, malvado y trascendente… no sólo para Superman, sino para el pasado de su mundo natal y el futuro de su planeta adoptivo. Al mismo tiempo, se explorará más en profundidad a Supergirl: cuáles son sus terrores y dónde reside su auténtica naturaleza heroica. Además, veremos a la joven Kara haciendo frente a un increíble descubrimiento cuyas consecuencias aún no podemos ni imaginar. Aunque todo esto no será más que la antesala de lo que nos llegará en 2009 con Nuevo Krypton, un arco en nueve partes que se desarrollará entre las colecciones Superman, Action Comics y Supergirl. En él veremos como nuestro mundo debe dar cobijo a 100.000 kryptonianos superpoderosos, todos bajo la responsabilidad del Hombre de Acero. ¿De dónde han salido? ¿Cómo se las apañará nuestro protagonista para hacer de niñera de 100.000 seres con un poder igual al suyo? ¿Y cómo afectará al mundo esta nueva comunidad de “supermanes”? Tendrás que seguir muy de cerca esta colección para descubrir la respuesta.
Pero centrémonos ahora en el final de la aventura que acaba de terminar. En él observamos una mano de proporciones gigantescas amenazando con atrapar toda la galaxia. Dicha imagen, algo descabellada, habrá hecho que la memoria de los lectores más fieles de DC Comics se ponga en funcionamiento. Hace más de veinte años ya se vio algo parecido. Hace tan solo tres, la historia se repetía. Y es ahora cuando el círculo va a cerrarse. Un círculo de tierras infinitas, realidades paralelas y universos múltiples. Un círculo que empezó a dibujarse en 1985 después de un estudiado movimiento editorial que cambiaría para siempre no sólo el Universo DC, sino la forma de entender el cómic de superhéroes.
Tras la memorable historia de 1961 –publicada en The Flash #123- en la que el Flash Barry Allen conocía al Flash Jay Garrick, su homónimo de una tierra alternativa que se conocería como Tierra Dos, el Universo DC se convirtió en un multiverso. Las tierras paralelas, separadas entre sí al vibrar en frecuencias distintas, devinieron escenario recurrente donde presentar historias o ubicar personajes que estaban fuera de la continuidad. Dicha premisa se explotó de tal forma que el racimo de mundos creció sin medida, así como las visitas de personajes de una tierra a otra. Incluso se convirtió en costumbre que la JLA y la JSA compartieran espacio cada verano en la cabecera Justice League of America; ambos equipos aunando esfuerzos para enfrentarse a villanos desmedidamente peligrosos. Algunas de estas historias han sido recopiladas en los volúmenes Crisis en tierras múltiples de Planeta DeAgostini, que son un perfecto ejemplo del Universo DC antes de su revisión, cuando la proliferación de tierras estaba en plena efervescencia.
Entonces, en los años ochenta, el multiverso amenazando con colapsarse a sí mismo y - lo que es peor - colapsar a los abnegados lectores, DC Comics optó por la simplificación. Para el aficionado habitual ya resultaba laborioso estar al tanto de todo el enmarañado de tierras y personajes, pero para el lector potencial era sencillamente imposible subirse al carro del multiverso. Por todo ello, se puso en marcha el proyecto más ambicioso de la historia del cómic, cuyo objetivo principal era destruir todo lo creado durante cincuenta años de historia y volver a crearlo desde los cimientos, de una manera comprensible y coherente. No bastaba con dar carpetazo. Había que concluir de modo honesto, con una historia que culminara con la destrucción del universo múltiple y el nacimiento de un universo único que contuviera una sola Tierra. A partir de ahí, todos los personajes serían redefinidos y todas las colecciones partirían de cero quedando en manos de los mejores equipos creativos de la época. Así el Universo DC sería - más que nunca - accesible para las nuevas generaciones sin fallarles a los fieles más veteranos.
Bueno, nadie dijo que fuese a ser sencillo…
Fue el escritor Marv Wolfman quien levantó la mano dispuesto a ocuparse de aquella maxisaga destructiva-constructiva. Wolfman reconoce que, de niño, leyendo aquellas historias en las que la JLA y la JSA se unían en un solo súper-equipo, él ya trataba de concebir qué clase de villano haría falta para suponerles un auténtico desafío. Se inventó un ser al que llamó El Bibliotecario, el cual, pese a su nombre poco amenazador, serviría de base para crear al antagonista de aquella Crisis: el Anti-Monitor. En 1981, con Wolfman al guión y George Pérez como dibujante, se anunciaba la propuesta de Crisis en tierras infinitas. Se trabajó en ella sin descanso durante cuatro años, hasta que finalmente vio la luz en doce números que se publicaron a lo largo de 1985. No exageramos al asegurar que esta historia es la piedra de Rosetta del Universo DC, imprescindible para poder comprender muchos de los acontecimientos que han ocurrido desde entonces y otros que están a punto de ocurrir. Los lectores más recientes -o los coleccionistas de pro- la tienen a su alcance en una excelente edición Absolute publicada por Planeta DeAgostini.
Sin entrar en detalles que requerirían mucho más espacio del que disponemos para este artículo, Crisis en tierras infinitas forzó a los mundos supervivientes del multiverso a fusionarse en uno solo. Esta nueva Tierra, pese a ser una amalgama de diversos mundos, conservaba mayor número de detalles relativos a los dos escenarios más conocidos: Tierra Uno (el hogar de los héroes modernos) y Tierra Dos (el mundo de los héroes de la Edad de Oro). Entre el gran número de bajas que hubo en aquella Crisis, destacan dos de forma especial: Supergirl, que daría la vida por salvar la de su primo durante la batalla contra el Anti-Monitor; y Barry Allen, el Flash original de Tierra Uno, que moriría tan heroicamente como había vivido. No podemos olvidarnos tampoco de las “anomalías”, aquellos personajes que lucharon en la Crisis y que sobrevivieron a la destrucción de sus mundos: Alexander Luthor, el hijo del Lex Luthor y la Lois Lane de Tierra Tres, un mundo donde los seres superpoderosos eran villanos que formaban el Sindicato del Crimen; Superboy, el único superhéroe de Tierra Prima; y el Superman y la Lois Lane de Tierra Dos, donde él dirigía el Daily Star y ambos estaban casados, como se vio en la historia clásica Superman toma esposa publicada dentro de La Boda de Superman. Estos personajes fueron enviados a una especie de limbo interdimensional, donde continuarían viviendo como meros espectadores de lo que ocurría en la renovada Tierra surgida tras la Crisis. Y así, con un nuevo panorama editorial clarificado y competitivo, la misión de Crisis en tierras infinitas estaba cumplida… aunque nada es para siempre.
En 2004, la Crisis de Identidad de Brad Meltzer y Rags Morales supondría el pistoletazo de salida para el segundo episodio de una trilogía cuyo primer acto lo había constituido el trabajo de Wolfman y Pérez. En esta nueva saga se vería cómo los miembros de la JLA, en aras de lo que creían correcto, fueron capaces de cruzar la fina línea que separa la justicia del despotismo. Cuando sus identidades secretas y sus familias se vieron amenazadas, algunos héroes tomarían la cuestionable decisión de borrar la memoria del Dr. Luz. Esto generó un cisma en el equipo y llevó a Batman a crear un sistema de vigilancia para tener controlados a sus compañeros, de los que sentía que ya no podía fiarse. Y es que el Caballero Oscuro, habiendo irrumpido en el cuartel de la Liga cuando los recuerdos del Dr. Luz estaban siendo borrados, recibió el mismo tratamiento para impedir que pudiera detener el proceso. Su satélite vigía, el Hermano Ojo, acabaría cayendo en manos equivocadas y sería eje central de la historia El Proyecto Omac, otro de los complementos imprescindibles de aquella segunda Crisis en ciernes.
El camino a lo inevitable seguiría allanándose en Cuenta Atrás a Crisis Infinita. Blue Beetle era asesinado por el líder de la organización Jaque Mate (y antiguo dirigente de la JLA) Max Lord, ahora decidido a acabar con todos los metahumanos. Lord activó el protocolo de emergencia del satélite robado, liberando el virus nanobótico Omac que convirtió a millones de humanos en máquinas de combate. El breve reinado del terror de Max Lord terminaría abruptamente en Superman: Sacrificio, cuando Wonder Woman tomaba la polémica decisión de asesinarlo para liberar a Superman de su control mental. Aquel acto enfrentó definitivamente al mundo con la comunidad superheroica y, lo que es peor, a la trinidad de DC entre sí, precipitando la inminente catástrofe puesto que, observando desde su prisión dimensional, los supervivientes de Crisis en tierras infinitas decidieron que ya era hora de intervenir. Así empezaba Crisis Infinita, esta vez con guión de Geoff Johns y contando con la participación de George Pérez, donde veríamos cómo Superboy Prime y Superman se obsesionaban con la idea de que habían salvado la Tierra equivocada a juzgar por el caos en el que estaba sumida. Superboy Prime sería un personaje crucial, atormentado por los recuerdos de una vida que le fue arrebatada, al tiempo que Alex Luthor, convertido en el auténtico villano de la historia, se aprovecharía de la fragilidad emocional de sus compañeros para convencerles de crear “la Tierra perfecta”. No lo conseguirían, pero la Crisis causaría enormes estragos. Algunos, como la muerte de Conner Kent a manos del malvado Superboy Prime, serían enseguida perceptibles, mientras que otros tardarían más en hacerse evidentes. Y es que hasta el final de la colección semanal 52 no se descubriría la verdad: el universo volvía a ser un multiverso, aunque esta vez no era interminable, sino que estaba formado por 52 tierras, cada una al cuidado de su propio Monitor, seres responsables de vigilar la estabilidad de las mismas.
Comenzaba así un tortuoso camino hacia la tercera y última parte de la Crisis. Después del período conocido como Un año después, Superman, Batman y Wonder Woman regresaban a la acción tras un periodo de retiro en el que se desarrolló la historia de 52. Inmediatamente después, en Cuenta Atrás a Crisis Final vamos viendo como el Universo DC se desmorona; sus acontecimientos relacionándose directamente con las series regulares de los personajes y con La Muerte de los Nuevos Dioses. Todo destinado a desembocar en Crisis Final, con el genial Grant Morrison como guionista y J. G. Jones al dibujo. Pero, en una historia tan compleja, serán muchos los afluentes que complementen la trama principal. Números unitarios como Crisis Final: Requiem (en el que se dará el último adiós a un querido miembro de la Liga) y otros que durarán varios meses, como Crisis Final: Apocalipsis (donde seguimos la evolución de dos de los principales protagonistas de Gotham Central) o Crisis Final: La venganza de los villanos (protagonizada por los villanos responsables de La muerte de Flash) aportarán más información y facilitarán la comprensión de Crisis Final. Sólo un dato para alimentar la expectación: si bien en Requiem se despedirá a un personaje que muere, la propia Crisis resucitará a otro no menos conocido e importante…
Como no podía ser de otra manera, Superman tendrá un papel fundamental en el conflicto, protagonizando dos miniseries vinculadas a la Crisis. Crisis Final: Superman Beyond será una historia en dos números (dibujados en 3D) durante el cual asistiremos al increíble viaje en el que se embarcará el Hombre de Acero para salvar la vida de su mujer. Y sobre todo Crisis Final: La Legión de tres mundos, una saga que durará cinco números en los que Superman se unirá a sus viejos amigos del siglo XXXI, la Legión de Superhéroes… por partida triple. Y es que en dicha serie el Hombre del Mañana formará equipo con las tres versiones conocidas de la Legión, cada una perteneciente a un mundo paralelo distinto. Debe remarcarse que la misión que llevarán a cabo podría decidir el destino de la Crisis, llamados como están a redimir a Superboy Prime. George Pérez se encargará de dibujar esta aventura demostrando que, aunque no se le haya encomendado la historia central, no podía andar muy lejos en un evento de esta magnitud.
Podrás ser testigo de todo esto en sólo unos meses. El Universo DC está al borde de su restructuración definitiva, y esta vez sí que nada volverá a ser lo mismo. ¿Te lo vas a perder?
ANTERIORMENTE EN SUPERMAN
Tras rescatar a Lana de la Reina Insecto, Superman intentará por enésima vez hallar una cura para su amigo Mon-El. Nativo de Daxam, el joven llegó a la Tierra hace años, huyendo de un mundo que prohibía la tecnología. Después de que se envenenara accidentalmente con plomo (letal para su especie), Superman lo envió a la zona fantasma para que no muriera. Más tarde, el Hombre de Acero es atacado por Paragon, un villano que absorbe y reproduce superpoderes, y conducirá la pelea a la Fortaleza. Pero de repente, en el cielo, aparecen tres sacerdotes daxamitas reclamando a Mon-El para juzgarlo y castigarlo por herejía...
CRÓNICA DE UNA CRISIS EN TRES ACTOS
La conclusión de la historia de Mon-El zanja la primera etapa del dibujante brasileño Renato Guedes al frente de Superman, después de su trabajo con la Chica de Acero en el volumen Supergirl: Reunión. Muy pronto podréis volver a disfrutar del estilo de este ilustrador en un arco argumental de James Robinson que recuperará a Atlas, personaje creado por Jack Kirby en 1975, y concederá merecido homenaje a un secundario muy querido para los seguidores del Hombre del Mañana. Todo esto tendrá lugar en la cabecera Superman, mientras que por Action Comics desfilarán varios dibujantes en los próximos números. Geoff Johns, siempre a la cabeza como guionista, nos presentará junto a Joe Prado una historia de Superman, Batman y Relámpago cuyo final enlazará con el gran acontecimiento del que luego hablaremos; y con Jesús Merino empuñando el lápiz, le dará un nuevo enfoque al personaje de Winslow Schott, el Juguetero.
Precisamente Action Comics ha sido también escenario de una de las sagas más interesantes de los últimos tiempos, Último Hijo, co-guionizada por el director de la mítica Superman The Movie, Richard Donner, y con el espléndido pero impuntual dibujo de Adam Kubert. Será justamente el mes que viene cuando la historia de Christopher Kent alcanzará su esperado desenlace; un desenlace que conviene no perderse.
Y en pocos meses, de nuevo en Action Comics, el inglés Gary Frank volverá a hacer equipo con Geoff Johns en una aventura de las que quedan para el recuerdo. Bajo el título Brainiac se presentará un arco argumental en cinco episodios donde el Hombre de Acero se enfrentará a su antiguo enemigo, al que veremos con un nuevo aspecto a medio camino entre su look más clásico y la peor pesadilla de H.R. Giger. El coluano aparecerá como un personaje mucho más oscuro, malvado y trascendente… no sólo para Superman, sino para el pasado de su mundo natal y el futuro de su planeta adoptivo. Al mismo tiempo, se explorará más en profundidad a Supergirl: cuáles son sus terrores y dónde reside su auténtica naturaleza heroica. Además, veremos a la joven Kara haciendo frente a un increíble descubrimiento cuyas consecuencias aún no podemos ni imaginar. Aunque todo esto no será más que la antesala de lo que nos llegará en 2009 con Nuevo Krypton, un arco en nueve partes que se desarrollará entre las colecciones Superman, Action Comics y Supergirl. En él veremos como nuestro mundo debe dar cobijo a 100.000 kryptonianos superpoderosos, todos bajo la responsabilidad del Hombre de Acero. ¿De dónde han salido? ¿Cómo se las apañará nuestro protagonista para hacer de niñera de 100.000 seres con un poder igual al suyo? ¿Y cómo afectará al mundo esta nueva comunidad de “supermanes”? Tendrás que seguir muy de cerca esta colección para descubrir la respuesta.
Pero centrémonos ahora en el final de la aventura que acaba de terminar. En él observamos una mano de proporciones gigantescas amenazando con atrapar toda la galaxia. Dicha imagen, algo descabellada, habrá hecho que la memoria de los lectores más fieles de DC Comics se ponga en funcionamiento. Hace más de veinte años ya se vio algo parecido. Hace tan solo tres, la historia se repetía. Y es ahora cuando el círculo va a cerrarse. Un círculo de tierras infinitas, realidades paralelas y universos múltiples. Un círculo que empezó a dibujarse en 1985 después de un estudiado movimiento editorial que cambiaría para siempre no sólo el Universo DC, sino la forma de entender el cómic de superhéroes.
Tras la memorable historia de 1961 –publicada en The Flash #123- en la que el Flash Barry Allen conocía al Flash Jay Garrick, su homónimo de una tierra alternativa que se conocería como Tierra Dos, el Universo DC se convirtió en un multiverso. Las tierras paralelas, separadas entre sí al vibrar en frecuencias distintas, devinieron escenario recurrente donde presentar historias o ubicar personajes que estaban fuera de la continuidad. Dicha premisa se explotó de tal forma que el racimo de mundos creció sin medida, así como las visitas de personajes de una tierra a otra. Incluso se convirtió en costumbre que la JLA y la JSA compartieran espacio cada verano en la cabecera Justice League of America; ambos equipos aunando esfuerzos para enfrentarse a villanos desmedidamente peligrosos. Algunas de estas historias han sido recopiladas en los volúmenes Crisis en tierras múltiples de Planeta DeAgostini, que son un perfecto ejemplo del Universo DC antes de su revisión, cuando la proliferación de tierras estaba en plena efervescencia.
Entonces, en los años ochenta, el multiverso amenazando con colapsarse a sí mismo y - lo que es peor - colapsar a los abnegados lectores, DC Comics optó por la simplificación. Para el aficionado habitual ya resultaba laborioso estar al tanto de todo el enmarañado de tierras y personajes, pero para el lector potencial era sencillamente imposible subirse al carro del multiverso. Por todo ello, se puso en marcha el proyecto más ambicioso de la historia del cómic, cuyo objetivo principal era destruir todo lo creado durante cincuenta años de historia y volver a crearlo desde los cimientos, de una manera comprensible y coherente. No bastaba con dar carpetazo. Había que concluir de modo honesto, con una historia que culminara con la destrucción del universo múltiple y el nacimiento de un universo único que contuviera una sola Tierra. A partir de ahí, todos los personajes serían redefinidos y todas las colecciones partirían de cero quedando en manos de los mejores equipos creativos de la época. Así el Universo DC sería - más que nunca - accesible para las nuevas generaciones sin fallarles a los fieles más veteranos.
Bueno, nadie dijo que fuese a ser sencillo…
Fue el escritor Marv Wolfman quien levantó la mano dispuesto a ocuparse de aquella maxisaga destructiva-constructiva. Wolfman reconoce que, de niño, leyendo aquellas historias en las que la JLA y la JSA se unían en un solo súper-equipo, él ya trataba de concebir qué clase de villano haría falta para suponerles un auténtico desafío. Se inventó un ser al que llamó El Bibliotecario, el cual, pese a su nombre poco amenazador, serviría de base para crear al antagonista de aquella Crisis: el Anti-Monitor. En 1981, con Wolfman al guión y George Pérez como dibujante, se anunciaba la propuesta de Crisis en tierras infinitas. Se trabajó en ella sin descanso durante cuatro años, hasta que finalmente vio la luz en doce números que se publicaron a lo largo de 1985. No exageramos al asegurar que esta historia es la piedra de Rosetta del Universo DC, imprescindible para poder comprender muchos de los acontecimientos que han ocurrido desde entonces y otros que están a punto de ocurrir. Los lectores más recientes -o los coleccionistas de pro- la tienen a su alcance en una excelente edición Absolute publicada por Planeta DeAgostini.
Sin entrar en detalles que requerirían mucho más espacio del que disponemos para este artículo, Crisis en tierras infinitas forzó a los mundos supervivientes del multiverso a fusionarse en uno solo. Esta nueva Tierra, pese a ser una amalgama de diversos mundos, conservaba mayor número de detalles relativos a los dos escenarios más conocidos: Tierra Uno (el hogar de los héroes modernos) y Tierra Dos (el mundo de los héroes de la Edad de Oro). Entre el gran número de bajas que hubo en aquella Crisis, destacan dos de forma especial: Supergirl, que daría la vida por salvar la de su primo durante la batalla contra el Anti-Monitor; y Barry Allen, el Flash original de Tierra Uno, que moriría tan heroicamente como había vivido. No podemos olvidarnos tampoco de las “anomalías”, aquellos personajes que lucharon en la Crisis y que sobrevivieron a la destrucción de sus mundos: Alexander Luthor, el hijo del Lex Luthor y la Lois Lane de Tierra Tres, un mundo donde los seres superpoderosos eran villanos que formaban el Sindicato del Crimen; Superboy, el único superhéroe de Tierra Prima; y el Superman y la Lois Lane de Tierra Dos, donde él dirigía el Daily Star y ambos estaban casados, como se vio en la historia clásica Superman toma esposa publicada dentro de La Boda de Superman. Estos personajes fueron enviados a una especie de limbo interdimensional, donde continuarían viviendo como meros espectadores de lo que ocurría en la renovada Tierra surgida tras la Crisis. Y así, con un nuevo panorama editorial clarificado y competitivo, la misión de Crisis en tierras infinitas estaba cumplida… aunque nada es para siempre.
En 2004, la Crisis de Identidad de Brad Meltzer y Rags Morales supondría el pistoletazo de salida para el segundo episodio de una trilogía cuyo primer acto lo había constituido el trabajo de Wolfman y Pérez. En esta nueva saga se vería cómo los miembros de la JLA, en aras de lo que creían correcto, fueron capaces de cruzar la fina línea que separa la justicia del despotismo. Cuando sus identidades secretas y sus familias se vieron amenazadas, algunos héroes tomarían la cuestionable decisión de borrar la memoria del Dr. Luz. Esto generó un cisma en el equipo y llevó a Batman a crear un sistema de vigilancia para tener controlados a sus compañeros, de los que sentía que ya no podía fiarse. Y es que el Caballero Oscuro, habiendo irrumpido en el cuartel de la Liga cuando los recuerdos del Dr. Luz estaban siendo borrados, recibió el mismo tratamiento para impedir que pudiera detener el proceso. Su satélite vigía, el Hermano Ojo, acabaría cayendo en manos equivocadas y sería eje central de la historia El Proyecto Omac, otro de los complementos imprescindibles de aquella segunda Crisis en ciernes.
El camino a lo inevitable seguiría allanándose en Cuenta Atrás a Crisis Infinita. Blue Beetle era asesinado por el líder de la organización Jaque Mate (y antiguo dirigente de la JLA) Max Lord, ahora decidido a acabar con todos los metahumanos. Lord activó el protocolo de emergencia del satélite robado, liberando el virus nanobótico Omac que convirtió a millones de humanos en máquinas de combate. El breve reinado del terror de Max Lord terminaría abruptamente en Superman: Sacrificio, cuando Wonder Woman tomaba la polémica decisión de asesinarlo para liberar a Superman de su control mental. Aquel acto enfrentó definitivamente al mundo con la comunidad superheroica y, lo que es peor, a la trinidad de DC entre sí, precipitando la inminente catástrofe puesto que, observando desde su prisión dimensional, los supervivientes de Crisis en tierras infinitas decidieron que ya era hora de intervenir. Así empezaba Crisis Infinita, esta vez con guión de Geoff Johns y contando con la participación de George Pérez, donde veríamos cómo Superboy Prime y Superman se obsesionaban con la idea de que habían salvado la Tierra equivocada a juzgar por el caos en el que estaba sumida. Superboy Prime sería un personaje crucial, atormentado por los recuerdos de una vida que le fue arrebatada, al tiempo que Alex Luthor, convertido en el auténtico villano de la historia, se aprovecharía de la fragilidad emocional de sus compañeros para convencerles de crear “la Tierra perfecta”. No lo conseguirían, pero la Crisis causaría enormes estragos. Algunos, como la muerte de Conner Kent a manos del malvado Superboy Prime, serían enseguida perceptibles, mientras que otros tardarían más en hacerse evidentes. Y es que hasta el final de la colección semanal 52 no se descubriría la verdad: el universo volvía a ser un multiverso, aunque esta vez no era interminable, sino que estaba formado por 52 tierras, cada una al cuidado de su propio Monitor, seres responsables de vigilar la estabilidad de las mismas.
Comenzaba así un tortuoso camino hacia la tercera y última parte de la Crisis. Después del período conocido como Un año después, Superman, Batman y Wonder Woman regresaban a la acción tras un periodo de retiro en el que se desarrolló la historia de 52. Inmediatamente después, en Cuenta Atrás a Crisis Final vamos viendo como el Universo DC se desmorona; sus acontecimientos relacionándose directamente con las series regulares de los personajes y con La Muerte de los Nuevos Dioses. Todo destinado a desembocar en Crisis Final, con el genial Grant Morrison como guionista y J. G. Jones al dibujo. Pero, en una historia tan compleja, serán muchos los afluentes que complementen la trama principal. Números unitarios como Crisis Final: Requiem (en el que se dará el último adiós a un querido miembro de la Liga) y otros que durarán varios meses, como Crisis Final: Apocalipsis (donde seguimos la evolución de dos de los principales protagonistas de Gotham Central) o Crisis Final: La venganza de los villanos (protagonizada por los villanos responsables de La muerte de Flash) aportarán más información y facilitarán la comprensión de Crisis Final. Sólo un dato para alimentar la expectación: si bien en Requiem se despedirá a un personaje que muere, la propia Crisis resucitará a otro no menos conocido e importante…
Como no podía ser de otra manera, Superman tendrá un papel fundamental en el conflicto, protagonizando dos miniseries vinculadas a la Crisis. Crisis Final: Superman Beyond será una historia en dos números (dibujados en 3D) durante el cual asistiremos al increíble viaje en el que se embarcará el Hombre de Acero para salvar la vida de su mujer. Y sobre todo Crisis Final: La Legión de tres mundos, una saga que durará cinco números en los que Superman se unirá a sus viejos amigos del siglo XXXI, la Legión de Superhéroes… por partida triple. Y es que en dicha serie el Hombre del Mañana formará equipo con las tres versiones conocidas de la Legión, cada una perteneciente a un mundo paralelo distinto. Debe remarcarse que la misión que llevarán a cabo podría decidir el destino de la Crisis, llamados como están a redimir a Superboy Prime. George Pérez se encargará de dibujar esta aventura demostrando que, aunque no se le haya encomendado la historia central, no podía andar muy lejos en un evento de esta magnitud.
Podrás ser testigo de todo esto en sólo unos meses. El Universo DC está al borde de su restructuración definitiva, y esta vez sí que nada volverá a ser lo mismo. ¿Te lo vas a perder?
Javier Olivares Tolosa